ABC del mezclador de audio

Cuando a un grupo experimental le mostraron dos videos con distintas pistas sonoras (una grabada con fidelidad menor que la otra, pero con imagen idéntica) y le preguntaron sí había alguna diferencia en la calidad del video, contestaron que la versión con el mejor audio era la que tenía una mejor imagen.

La mayoría de las producciones modernas —sean sólo de audio o audiovisuales—graban los sonidos en aparatos multipista, que los registran por separado en un mismo formato de almacenamiento (sea una cinta o el disco duro de un sistema computarizado).

Por dar un ejemplo, usted puede grabar en pistas independientes la locución, los efectos sonoros, la música de un piano y la de una flauta. Si se presenta el caso y usted quisiera cambiar posteriormente la locución, puede regrabar únicamente esa pista y dejar las otras intactas.

El sistema multipista le permite procesar diferentes señales de manera independiente. Suponga que la locución suene muy "apagada"; puede alterar entonces la reacción de frecuencia para cambiar las frecuencias de rango medio superior y hacerlas más inteligibles.

Así, el sistema multipista le proporciona flexibilidad pero, al mismo tiempo, requiere el "mezclado" o proceso de combinar y procesar convenientemente todas estas pistas para producir la mejor edición posible que garantice calidad y transportabilidad (la capacidad para sonar "bien" en cualquier sistema de audio, desde un radio de transistores hasta un equipo de melómano).

El mezclador es un equipo que "dirige el tráfico" de audio para que se combinen señales (cada una con su propio control de nivel), se las enrute al destino apropiado y se produzca una señal de salida debidamente mezclada (por lo general en estéreo). Un mixer puede parecer intimidante, pero en realidad está compuesto por una serie de módulos idénticos.

Si usted entiende el funcionamiento de uno de ellos, ya sabe el 90% de cómo funciona un mixer. Hacer un listado de todos los fabricantes de mezcladores puede ocupar varias páginas, pero algunas de las marcas de uso común incluyen a Mackie, Soundcraft, Yamaha, TASCAM, Peavey, AMEK, RAMSA y Allen & Heath.

Para ilustrar algunos principios básicos de mezclado, visualice un mixer de ocho entradas y dos salidas (8-input, 2-output). Siguiendo el ejemplo anterior, las cuatro fuentes de sonido registradas en una grabadora multipista -locución, efectos, piano y flauta- alimentarían respectivamente cuatro entradas del mixer. Estas cuatro señales atraviesan, a su vez, cuatro controles (que determinan el nivel) y luego las señales combinadas alimentan un bus (o barra conectora) común de salida en estéreo (que llega al sistema de monitoreo y a la grabadora principal).

Trate de visualizar el camino de entrada de las señales como un fluido vertical y descendente hacia el mixer; y el camino de salida (o bus) como un fluido horizontal que de izquierda a derecha "sale" del mixer (figura #1; discutiremos el problema de los buses auxiliares más adelante).

En la confluencia de los canales de entrada y el bus, usted encontrará un control de nivel. Puesto que la señal de salida es generalmente en estéreo, encontrará allí un control para cada canal. Si le da vuelta a este control, podrá colocar la señal en cualquier lugar del campo de estéreo (izquierda, derecha o centro). El mixer típico tiene desde ocho hasta docenas de señales de entrada.

Los mixers más sencillos tienen sólo dos buses. La mayoría, sin embargo, tiene múltiples buses (el estándar es ocho) que le permiten realizar diferentes tipos de mezclas. Los buses adicionales pueden ser usados para efectos como el sonido envolvente (surround-sound) o el eco, o para crear una versión monofónica compatible con televisión.

Los mezcladores se caracterizan por el número de entradas y salidas. Un mixer 24-in, 8-out, por ejemplo, tiene 24 canales de entrada y ocho buses de salida. Incluso, pueden existir buses adicionales (o de subgrupo) que proveen un control de volumen maestro a canales individuales.

Por ejemplo, suponga que usted está mezclando las distintas voces de un coro y asigna a cada voz su propio canal. Imagine, así mismo, que las distintas voces del coro están perfectamente balanceadas. Si usted aumenta el nivel general al manipular cada desvanecedor individualmente, es probable que altere el balance. Si estos canales, por el contrario, alimentan un bus de subgrupo, el control maestro del bus puede cambiar el nivel de las distintas voces en forma simultánea.

Cada mixer tiene su propia manera de enviar las señales a los buses. Las distintas opciones incluyen un conmutador de selección de buses (en el cual una fila de botones envía la señal de entrada al bus seleccionado) y controles de envío (similares a los controles principales de nivel, pero que alimentan un bus auxiliar en vez del bus principal de estéreo).

Cada canal de mezcla tiene su propio módulo de entrada para procesar o enrutar la señal antes de enviarla al bus de salida. Por lo general, este módulo incluye:

• un preamplificador para señales de bajo nivel;
• un indicador que avisa si la señal excede el rango dinámico del mixer;
• un control o controles de envío (que enrutan el audio a los buses auxiliares);
• filtros de frecuencias muy bajas (murmullos de cabina o micrófono);
• filtros de frecuencias altas (sibilancia y ceceos);
• un control de imagen estereofónica (stereo image placement), y
• un control general de desvanecimiento.

Uno de los componentes más importantes es el ecualizador o EQ; imagínelo como un control elegante y flexible de tono. Un EQ básico puede potenciar o disminuir sonidos agudos o graves; uno más sofisticado puede diferenciar los controles para frecuencia, para potencia/disminución y para amplitud.

Esto permitirá introducir una frecuencia específica y manipular bien sea un rango estrecho (por ejemplo, retirar una interferencia), o un rango amplio (para agregar "presencia" o darle "fondo" al audio).

Al mezclar, suele ocurrir que sonidos diferentes ocupan el mismo lugar del espectro sonoro; por así decirlo, los sonidos se "enmascaran". Un EQ puede separar instrumentos al cambiar el énfasis de un sector del espectro de frecuencia a otro. Si el ambiente de fondo, por ejemplo, interfiere con la narración, el reducir la reacción del ambiente (en frecuencias de locución) puede crear un mayor "espacio" de audio para la narración.

Los módulos de entrada incluyen con frecuencia conectores para insertar procesadores de señal en canales individuales. Por supuesto, el tema del procesamiento de señal merece un artículo aparte, pero digamos que sus aplicaciones típicas son la compresión (que permite pulir las variaciones del rango dinámico para lograr un sonido más "terso"), los filtros de ruido (que eliminan silbidos) y la reverberación (que permite crear efectos como las simulaciones de una sala de conciertos), entre muchos otros.

Otra característica común en los módulos de entrada es el botón de chequeo previo (preview), que anula todos los otros módulos y resulta útil porque permite hacer pequeños cambios en pistas que normalmente serían ahogadas por las otras.

La tecla silenciadora (mute) cumple la función opuesta: automáticamente corta (o enmudece) el canal respectivo y es maravillosa para sacar señales ruidosas fuera de la edición hasta justo antes del momento en que finalmente las necesitemos.

Los controles maestros de salida proveen un ajuste global para el bus estéreo maestro (muchos buses poseen también controles maestros). En otras palabras, estos controles cambian el nivel de todo audio que esté simultáneamente alimentando al bus.

Los medidores multipaso con diodo fotoemisor (LED) usan, por lo general, colores diferentes para diferenciar rangos de nivel (verde para "normal", amarillo para "a punto de sobrecargar" y rojo para "sobrecargado").

Los medidores pueden monitorear gran variedad de fuentes como entradas, buses auxiliares y salidas del máster, entre otras. Algunas entradas tienen "LEDs" de "actividad" que se encienden si hay señal, lo que puede ahorrarle muchos dolores de cabeza cuando, por accidente, ha apagado el control de nivel y no está seguro de que las señales estén entrando al mixer.

Muchos mezcladores analógicos utilizan controles digitales computarizados para guardar órdenes o conjuntos de órdenes (por ejemplo, una combinación particular de órdenes de edición sonora para el coro, los solistas, el locutor, etc.), así como para registrar dinámicamente diversos "movimientos" de edición como el subir y bajar sucesivamente un desvanecimiento.

Un control digital puede estar incorporado al mixer o se puede conseguir por separado para instalarlo. El control digital facilita el trabajo con los mezcladores. Un computador puede memorizar todos los cambios de control realizados y repetirlos cuantas veces sea necesario.

Por ejemplo, si se requiere que la locución sea más prominente, tan solo se repite la mezcla con cambios en el nivel de la locución y órdenes para que el computador archive sólo dichos cambios, y deje los otros elementos intactos.

Los sistemas de grabación computarizados de disco duro a veces vienen incluidos con mezcladores "virtuales". En estos sistemas, todos los controles aparecen en un monitor bajo el modelo de los mixers tradicionales, con una representación gráfica de desvanecedores, perillas, medidores, etc.

Hay más al respecto de mezclar que el mezclador. Puesto que una mezcla final de audio puede ser reproducida casi en cualquier cosa o en cualquier lugar, la mayoría de los profesionales escucha sus ediciones en diferentes parlantes, para hacerse una idea de cómo sonará su edición en el mundo real.

Se trata de hacer una mezcla tal que el audio resultante sea aceptable en cualquier sistema en vez de hacer una mezcla que suena muy bien en un tipo de parlantes, pero se reproduce mal en otro. En estudios pequeños, el monitoreo "cercano" es muy popular; esta técnica usa parlantes pequeños (a poca distancia) para minimizar la influencia de la acústica del lugar.

Igual que ocurre con los mezcladores, existen docenas de compañías que fabrican monitores para monitoreo cercano; los parlantes de Event Electronics, Alesis, Genelec, KRK, Meyer Electronics, entre muchas otras marcas, son populares en este tipo de estudios.

Así mismo, se requiere que su edición de audio quede registrada en una cinta maestra estéreo. La cinta favorita del mercado es actualmente la digital de audio o DAT (Digital Audio Tape). Empresas como Sony, TASCAM, Panasonic, Otari, entre otras, fabrican cintas con esta especificación. La DAT registra digitalmente dos pistas de audio con calidad CD. Sin embargo, es creciente el número de personas que usa discos compactos puesto que son más robustos que la cinta y reproducen en cualquier aparato de CD (más comunes que las máquinas para DAT).

Apenas hemos tocado el tema de los fundamentos de la mezcla de audio que constituye, a la vez, un arte y una ciencia. Ser capaz de producir una edición clara, inconfundible y bien balanceada es un reto. Por fortuna, es uno de aquellos retos en donde la experiencia hace al maestro.

* Productor y editor de música: experto en electrónica musical; autor de Multieffects for Musicians y Home Recording for Musicians; editor de tecnología de la revista EQ.