Los Peques se toman la Patagonia

Si algún día le toca caminar por algún bosque patagónico en Argentina, no deje de prestar atención ni de mirar hacia todos los costados. En esa tierra viven Los Peques, unos gnomos que reparten ternura, simpatía y profundidad filosófica en dosis casi iguales. Como todo argentino que se precie de tal, gustan del fútbol (uno de ellos es fanático del Boca Juniors, mientras que otro no le pierde pisada al River Plate) y toman mate (esa infusión característica del Río de la Plata). Y, como buenos gnomos, tienen un máximo ídolo: La Pitufina, esa joven rubia y azulada que compartía aldea con 100 compañeros masculinos.

Se trata de unos dibujos animados por computadora que nacieron en la provincia de Neuquén, en el sur argentino, hace alrededor de dos años, gracias al ingenio y la paciencia de Christian Olmos, Patricia Papa y Sergio Capua, socios en una agencia de publicidad denominada Power Comunicación. Y son, como muchos proyectos exitosos de este país, hijos directos de la crisis económica que golpeó con fuerza en 2001.

Estos gnomos construyen episodios breves, de un minuto y medio, que tienden a dejar un mensaje además de entretener. El éxito ha sido rotundo en la zona. Por eso, Los Peques no tardaron en desembarcar en las provincias cercanas: Río Negro, La Pampa, Chubut, Córdoba… La proyección es aún más importante.

Los Peques han desarrollado su propia cultura, según el entorno en el que se mueven. Tienen mucha influencia mapuche, pero también otros rasgos típicos de las múltiples colectividades que han poblado a Argentina.

"Queríamos vincularnos a la actividad de contar historias –relata Olmos–. Por nuestra actividad, habíamos podido armar dibujos animados para determinados requerimientos de clientes locales y siempre teníamos la idea de generar algo más grande". La historia comenzó con sólo dos personajes. Hoy son siete y un octavo se suma por estos días; se estima que llegarán a 12 en breve. "Por las historias que ya tenemos ideadas, calculamos que en total va a haber unos 25 personajes con líneas de diálogo, más allá de los extras", indica Olmos.

Los fondos donde transcurre la historia son imágenes del mundo real, tomas y fotografías obtenidas en los riquísimos paisajes que brinda la Patagonia argentina. "Eso nos da un entorno real de iluminación, del momento del día, si es a la mañana, a la tarde o a la noche, y de temperatura –afirma el ideólogo de estos gnomos, para completar luego–: es increíble ver cómo se integran los dibujos computarizados con el entorno real".

Hay un gnomo en mi pantalla
El primer operador de cable en brindar un espacio en su pantalla a Los Peques fue el regional Cablevisión del Comahue, para emitir durante los cortes publicitarios en dos de sus señales: Canal 9 y América.

"Rápidamente ganamos pantalla en las regiones cercanas. Nuestra proyección para 2004 es abarcar toda la Patagonia. En una segunda etapa, pretendemos llegar a todo el norte del país", comenta Olmos, quien ya ha ganado un Martín Fierro por este producto (el principal premio que se entrega a los programas de televisión del país).

"Creemos que podemos tener alcance nacional, en principio. Nuestra fe se sustenta en que nos hemos mantenido dos años sin recibir inversiones ni ayudas, con pocos recursos técnicos y mucho esfuerzo y sacrificio propios", se entusiasma Olmos. El creativo aclara que el proyecto se autosustenta, "aunque de una manera que no creímos que se iba a dar: el merchandising".

La duración no fue una idea de la gente de Power Comunicación, sino una exigencia del mercado. "Nos pidieron tanto que sacáramos el primer video, que tuvimos que hacerlo con el material que disponíamos, que sumaba sólo esos 15 minutos", explica Olmos. El quinto de estos tomos, de salida reciente en el mercado, tuvo un aluvión de pedidos y señas con mucha anticipación a la fecha de lanzamiento. "Pasaron los capítulos miles de veces en la televisión, pero aún así hay padres que nos aseguran que sus hijos gastaron los casetes", indica el creativo. Por otro lado, están recibiendo pedidos para franquiciar la marca. "Estamos analizando este tema con mucho cuidado, porque queremos hacerlo bien", afirma Olmos.

Un tropezón que no fue caída
La historia de Los Peques va de éxito en éxito, excepto por un punto: el desembarco en Buenos Aires. "Por un lado, nos fue muy bien cuando lo presentamos, porque fue un producto muy valorado, pero por el otro, hubo exigencias que, en ese momento, no podíamos cumplir", cuenta Olmos.

Un capítulo de Los Peques tiene un proceso de producción que dura 20 días, algo inaceptable para un canal de televisión de la capital, que necesita renovar su pantalla con mucha frecuencia. "Nos llegaron a pedir un capítulo diario y de mayor duración", recuerda el ‘papá’ de estos gnomos y, de inmediato, destaca las virtudes de su público actual: "Acá la gente nos aguanta todo el tiempo que sea necesario. En ocasiones demoramos hasta un mes en entregar el nuevo capítulo, pero cuando salió, los televidentes se ‘engancharon’ sin problemas". La experiencia neuquina y en otros puntos del interior del país les permite, según Olmos, "seguir ganando horas de vuelo".

El crecimiento plantea una disyuntiva en el mundo de los creadores de Los Peques. "A pesar de que cultivamos un perfil bajo, no pudimos evitar que el producto trascendiera fronteras. Por eso, sabemos que el chance de llegar a otras esferas es sólo cuestión de tiempo", analiza Olmos, para luego concluir: "Me cuesta pensar que, en algún momento, el crecimiento me impedirá seguir con el trabajo artesanal que he realizado hasta ahora, con este placer de venir a mi estudio y sentarme con mis gnomos, a ver cómo seguimos contando la historia". El ideólogo del producto afirma que la evolución que viven Los Peques lo obligará a generar una empresa con más estructura y más recursos, que se dedique todo el año a crear nuevos capítulos, pero afirma que "no nos podemos distanciar mucho de lo artesanal, porque perderíamos la chispa que los hizo crecer".

De todas formas, Christian sabe que los videos de Los Peques se han visto en lugares como España, México, Ecuador y hasta en la exótica Indonesia. Pero hay mucho tiempo para crecer. El propio Olmos asegura que su preocupación prioritaria es "terminar el próximo capítulo". Aunque, íntimamente, anhela el momento de mostrar al mundo el primer largometraje sobre Los Peques, el proyecto más ambicioso que involucra a estos personajes.