El 30 de enero, Argentina lanzó su primer satélite de telecomunicaciones, Nahuel I, desde el lanzador Arienspace en Kourou, Guyana Francesa, para remplazar al Nahuel C1. Después de que el gobierno publicó las regulaciones del espacio aéreo, las empresas de servicios satelitales de Estados Unidos expresa formalmente su disgusto por lo que consideran un trato proteccionista y monopolista hacia Nahuelsat S.A., empresa formada por los consorcios: grupo local - BISA (Bember Grupo), Banco Provincia, Publicom S.A. (Telecom Argentina) Antel (Uruguay), grupo regional GE Capital Global Satélites Inc., Lampenbank International, y IFC (grupo World Bank) y consorcio original formado por Daimler Benz de Alemania, Aerospace de Francia, y Alenia Spazio de Italia. Este último grupo obtuvo la licencia para las operaciones del satélite con cuasi exclusividad del espacio aéreo satelital hasta el año 2007.
De la inversión total de 250 millones de dólares, incluyendo el costo de lanzamiento estimado entre 60 y 80 millones de dólares, el grupo local ha invertido 35.25 millones, el grupo regional 33.75 millones y el consorcio original 31 millones.
La empresa Nahuelsat S.A. opera desde 1993 utilizando dos satélites alquilados a Telsat de Canadá los cuales han sido ya devueltos al país de origen después del cierre de la empresa que los comercializaba, Paracome Satélites. Los clientes de Nahuel C1 y C2 han sido transferidos al Nahuel 1, que transmitirá datos, televisión directa al hogar (TDH), telefonía e interactividad, en banda KU a través de 18 transponders a todo el continente latinoamericano desde Tierra del Fuego hasta el sur de Estados Unidos. La empresa Nahuelsat hará todo lo posible para evitar que los satélites norteamericanos que ya hace más de un año desean ofrecer servicios de TDH en Argentina (Galaxy y Sky) puedan hacerlo independientemente hasta que la licencia otorgada por el Comfer expire. De acuerdo con el decreto 92/97 que corrobora la resolución 14/97, todas las señales satelitales deberán bajar en Argentina y subir por el Nahuel hasta la mencionada fecha.
Para el director ejecutivo de Nahuelsat, Eckart Schober, la medida no es proteccionista: "Nosotros, Daimler Benz, Aerospace y Aerospatiale y Alenia Spazio, ganamos la licitación e invertimos mucho dinero de riesgo para cumplir con los requisitos del gobierno argentino, por lo cual ahora exigimos la protección y los derechos que merecemos". Schober también explicó que se han firmado acuerdos importantes con empresas telefónicas y satelitales para apoyar las aplicaciones y expandir el servicio, entre ellas Telecom de Argentina, Embratel de Brasil, Paraguay, Uruguay, etcétera. Con México, por ejemplo, se ha firmado un acuerdo de cooperación con el satélite Solidaridad y con España con Hispasat para futuras transmisiones en Europa.
"Como es obvio, después del esfuerzo y las inversiones hechas por nuestro grupo, exigiremos que todo el que quiera dar servicios de TDH tendrán que bajar la señal en Argentina y cumplir con una serie de requisitos que marca el gobierno, como lo hacemos nosotros, —continúa Schober— Si alguna de estas compañías desea negociar, estamos abiertos". El satélite Nahuel 1 también dará servicios de TDH a Brasil con antenas de 50 a 60 centímetros en lugares donde se están utilizando antenas de un metro de diámetro. También se incluirán todas las provincias argentinas sin considerar si son rentables o no, al contrario de otros proyectos donde sólo se ofrece a poblaciones de alta concentración.
Programadores extranjeros enfurecidos
A la protesta de las empresas satelitales se ha agregado la de los programadores extranjeros enfurecidos por la resolución 14/97 de la Secretaría de Comunicaciones y al decreto del Ejecutivo 92/97 por el que se exige que todos los programadores que quieran transmitir sus señales vía satélite a Argentina deberán tener presencia física y legal en el país donde, de acuerdo con fuentes de la Secretaría, podrían ser legalmente controlados, multados o enjuiciados si violasen las leyes del Comfer y pagarían impuestos al erario argentino.
Las autoridades argentinas afirman que esta regulación es una copia de las regulaciones norteamericanas y que deben ser aplicadas para defender los derechos argentinos porque anteriormente se ha multado injustamente a cableros por transmitir películas para adultos en horario de menores, cuando en realidad ellos no tienen ningún control sobre los que envían señales como HBO o cualquier otra.
"Lo que ocurre —dice una fuente del Comfer que prefiere no dar su nombre— es que los programadores quieren tener 10 partes de la torta y no compartir con nadie; están haciendo mucho dinero y tienen un mercado con 30 millones de hogares. Nosotros sólo les pedimos que dejen una parte del pastel a través de los impuestos y su presencia en Argentina y se queden con 9, pero esto no les gusta". Los satélites que actualmente operan en Argentina, PanAmSat e Intelsat, podrán continuar operando hasta la finalización de sus contratos y en algunos casos cuando deseen cambiar de banda deberán ajustarse a las nuevas regulaciones. Entre los que han firmado la protesta oficial se encuentran Pan American Satellite Corp., Orion Network Systems Inc. y Columbia Communications Corp.
Al igual que los proveedores de TDH, protestaron también los cableros locales, las asociaciones de radiodifusión CADIÁA, ATVC y ATA y la Motion Picture Association. Ante tanta queja, el gobierno argentino prometió una revisión y reforma de algunos aspectos en marzo; dos meses más tarde, todavía no se ha reformado nada.
El cable argentino está que arde
Si 1996 fue un año interesante de fusiones y compras para el cable, 1997 promete ser aún más interesante con las ambiciones de expansión que todos los cableros proclaman. Para hacer interesante el año están las creaciones de los dos nuevos MSO: Supercanal en el noroeste del país y el Mandeville en el sur de la provincia de Buenos Aires. Estos dos más los ya existentes VCC, CV-TCI y Multicanal, prometen un año de expansión y competición inigualable.
El Holding Supercanal, propiedad del cubano Jorge Mascanosa, y el Grupo Uno de Mendoza (de los hermanos Daniel y Fredy Vila) con más el 20 % de Multicanal (grupo Clarín), ya totalizan unos 200.000 abonados y han anunciado negociaciones con otros cables. Poco después de la formación de Supercanal, el grupo norteamericano Hicks Muse Tate & Furst, comenzó fuertes inversiones en 150 radios y otras negocios no relacionados con la TV, terminando por la inversión en el cable.
El nuevo consorcio Grupo HM3 se formó entonces con los antiguos cableros, que fueron comprados por ellos en la provincia, el quinto MSO o Mandeville que ya presume 250.000 abonados, y como dice su director ejecutivo Julio Gutiérrez, desea alcanzar los 700.000. Hasta el momento los cables han sido comprados entre 600 y 900 por abonado, un precio considerado alto entre los especialistas.
Falta mencionar el gigante Multicanal que durante el último año compró numerosos pequeños e hizo grandes inversiones para ubicarse a la cabeza de los MSO, con más de un millón de abonados, incluida su participación minoritaria en otros. Multicanal no se asusta de los recién llegados ni de su poder económico, pues su intención de expansión continúa y los ejecutivos dicen que su situación financiera es sana y poderosa. El excable Comague fue comprado por los dueños de Telecom en Argentina —el poderoso Perez Company y France Telecom— ambos grandes influyentes en el mundo de las telecomunicaciones. El cable ahora llamado Norcable no ha efectuado compras significativas pero se esperan las decisiones de los grandes por futuras fusiones.
Finalmente, queda la incógnita de CableVision y VCC, que tienen a muchos sin conciliar el sueño. (Ver nota siguiente). Hasta que esto se haga público la incógnita continúa.
Se unirán dos gigantes del cable
Las negociaciones entre los dos grandes cables argentinos CableVision- TCI y VCC (Video Cable Comunicación) para su cercana fusión, han avanzado un paso más. De acuerdo con la prensa argentina y fuentes de ambas empresas, ya se ha firmado una carta de intención oficial entre ambas para que Fred Viera, de TCI, compre 39 % de VCC a Samuel Liberman.
Los directores de asuntos institucionales de ambas empresas dijeron a TV&Video Latinoamérica que no podían confirmar porque TCI es una empresa que cotiza en bolsa y no puede hacer comentarios hasta que los presidentes decidan hacer pública la decisión. Liberman, actual dueño de 50% de las acciones de VCC en sociedad con la norteamericana Continental, que a su vez fue comprada el año pasado por la Baby Bell estadounidense US West, estaría de acuerdo con la venta de este porcentaje de Fintelco, el nombre del holding. VCC tiene unos 700.000 abonados y CableVision-TCI unos 600.000. Juntos, entonces, conformarían el operador más fuerte de Argentina.
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