Aun cuando bastan tres satélites para cubrir a la tierra en toda su extensión, es indudable que la zona de cobertura satelital es inversamente proporcional a la intensidad de la señal y, por tanto, mientras mayor sea, se requerirán estaciones receptoras de mucho mayor tamaño y potencia.
Los satélites con sistemas DBS (Directive Broadcasting Satellite) prestan así servicios específicos de televisión que pueden recibirse en las zonas hacia las cuales están dirigidos, con antenas planas de apenas 60 cm. de longitud. Incluso –según explica Álvaro Sandoval, de Colsago (empresa colombiana de ingeniería en telecomunicaciones), los desarrollos previsibles permitirán que estas antenas se incorporen a los televisores que para entonces habrán adaptado un sistema de alta definición, en el cual las imágenes no se harán como en el actual sistema NTSC, con el barrido electrónico de 525 líneas, sino que probablemente lograrán una espectacular nitidez mediante la introducción de más de 1000 líneas en las pantallas.
El DBS, que en este momento se utiliza para prestar servicios de redes integradas a empresas o de videoconferencias, se apoya paralelamente en la digitalización del video y en el soporte de la fibra óptica, "sistema nervioso del desarrollo del mundo".
Un experimento en América Latina
La saturación del espectro electromagnético en las bandas KU, que opera entre las frecuencias de 11 a 14 Ghz y en la banda C, que utiliza 8 Ghz para la subida de información al satélite y 4 Ghz para su envío, es uno de los factores más importantes para que se pretenda implementar el DBS que opera en la banda KA, con una frecuencia de 20 a 30 Ghz.
Hace dos años la NASA abrió un concurso entre las universidades estadounidenses para escoger la que lideraría la experimentación del proyecto. Posteriormente, la universidad de Georgetown resultó escogida, y a su vez extendió la iniciativa a varias entidades educativas latinoamericanas entre las cuales se encontraban las universidades Andrés Bello de Venezuela, Católica de Quito y Valparaíso y la Javeriana de Bogotá
Tras el lanzamiento del satélite ACTS (Advanced Communication Technologic Satellite), efectuado en junio de 1994, quedaron definitivamente vinculadas al proyecto experimental la Universidad de Georgetown, la Católica de Quito y la Javeriana y existe la posibilidad de que se incorporen las otras instituciones latinoamericanas.
La primera posibilidad que se planteó y que ya es una realidad, es la creación de una red de conexión interuniversitaria. En este momento, las dos universidades latinoamericanas cuentan ya con una comunicación con la NASA, que les permite la transmisión de voz y datos. Los equipos para la realización de videoconferencias comenzarán a funcionar a más tardar en abril.
El ingeniero electrónico Jorge Sánchez, de la Universidad Javeriana, explica que el satélite ACTS funciona con un haz principal que siempre está fijo y un haz directivo que se dirige alternativamente hacia las ciudades involucradas en el proyecto, de modo que cada una lo recibe durante determinadas franjas de tiempo. El satélite puede cubrir hasta 32 estaciones terrenas, aún cuando hasta el momento solo hay 13 en funcionamiento.
"La ventaja de la utilización de la banda KA, es que a diferencia de las frecuencias sintonizadas en las bandas Cy KU, no sólo cuenta con un nuevo espacio geoestacionario sino que las señales no se atenúan con la lluvia", afirma el ingeniero Jorge Sánchez. De hecho, las estaciones receptoras instaladas en Quito y en Bogotá, tienen mecanismos técnicos que funcionan como un circuito de antiatenuación climática de la señal.
En este contexto es interesante señalar que la orientación del proyecto es eminentemente educativa y que tiene como finalidad el desarrollo internacional de investigaciones conjuntas entre instituciones, la transferencia de tecnología y la ampliación de cursos de educación y extensión continuada así como la intención de llegar a realizar posgrados vía satélite.
El primer programa que se está experimentando, financiado por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) consiste en el apoyo a la generación de microempresas. Para su realización, el Departamento de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana, cuenta a nivel interno con el anillo de fibra óptica que conecta toda la universidad y que le permitirá recibir y transmitir videoconferencias desde cualquier punto de ésta.
Si este experimento –que prueba el funcionamiento de una tecnología en una banda de frecuencia muchísimo más alta que las utilizadas tradicionalmente– se cumple con total éxito, no sólo aumentarán enormemente las perspectivas de desarrollo educativo sino que se abrirá la posibilidad de ampliar el uso del espectro electromagnético y con ello una nueva puerta para el viaje de la información.
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