Hacia los comienzos de la década del 70 a los japoneses se les ocurrió la idea de tener en la pantalla del televisor una imagen con calidad similar a la del cine. Para resolver este reto la NHK (Nippon Hoso Kyokai) inició a andar el camino de la televisión alta definición y fue así como los ingenieros de esta empresa, bajo la dirección del Dr. Takashi Fujio sentaron las bases de esta tecnología. Este grupo de trabajo demostró en público su invento en la conferencia de la SMPTE en San Francisco, en Febrero del 81, y para 1,984 presentó a los ojos del mundo el sistema de transmisión de alta definición analógica llamado MUSE (Multiple Sub-Nyquist Sampling Encoding), el cual se echó al aire a comienzos de 1,987 utilizando un ancho de banda de 12 MHz. Los anteriores hechos causaron gran alarma entre los diversos estamentos de la televisión norteamericana y la FCC fue presionada para que iniciara de inmediato los estudios y programas necesarios que salvaguardaran los intereses de la economía que se vería en desventaja ante el avance tecnológico del Japón y fue así como dicha agencia organizó el comité encargado del asunto, el cual se llamó ACATS (Advisory Committee on Advanced Television Service). La NAB solicitó a la NHK que desarrollara un sistema que solo ocupara un ancho de banda de 6 MHz., o sea un canal normal de televisión, y el resultado fue la aparición del Narrow (angosto) MUSE.
La ACATS llevó a cabo un panel especial entre el 8 y el 11 de febrero de 1993 donde se tomaron tres grandes decisiones, tal vez la más importante fue la conclusión de que la nueva televisión no podía ser analógica, pues, el Narrow MUSE había demostrado que era inconveniente por la calidad de la imagen entregada, la cantidad de señales que podía contener y el cubrimiento que podía dar. Aunque esta determinación puso fuera al sistema nipón, la NKH continuó contribuyendo en el desarrollo del sistema de televisión digital norteamericano ATV (Advanced TV) y su hija HDTV o televisión de alta definición.
Hay quienes vaticinan que las transmisiones analógicas estarán en el aire por allá hasta el 2,010 y aún más, pero el calendario de la FCC marca el 1º de Julio del 2,005 como el día del deceso del NTSC. Este plazo podría ser más corto de acuerdo a lo expuesto en la revista de la SMPTE del mes de Mayo de 1,999, donde, de acuerdo a investigaciones adelantadas por diferentes entidades norteamericanas, entre ellas la FCC, para medidos del mes de Mayo del año 2,003 ya se habrán cumplido las metas y llenado los requisitos exigidos para apagar el caduco sistema analógico del NTSC.
El 24 de diciembre de 1996 la FCC adoptó la mayor parte de las recomendaciones presentadas por la ATSC (Advanced Television System Committee) y que se hallan contenidas en el documento A/53 conocido con el nombre de "ATSC Digital Television Standard". Es provechoso tener en mente que la ATSC está formada por compañías de los campos de la televisión, la telefonía, computadores y cine, por lo tanto estamos ante un comité de convergencia tecnológica.
En 1997 México y Brasil anunciaron que se adherían a la norma A/53 para la producción de televisión digital, iniciándose en esa forma la era de la televisión numérica desde el río Bravo hasta La Patagonia. Hoy en día estos mismos países, más Argentina, han tomado decisiones respecto al sistema que deben adoptar para la transmisión de la señal de televisión, y aunque México optó por el sistema ATSC, la distribución satelital debe utilizar la norma DVB-S. Argentina y Brasil también habían dado su aprobación al ATSC, pero en los últimos meses se ha rumorado acerca de un cambio de decisión para pasarse al bando del DVB. En los demás países latinos el uso de las tecnologías digitales prácticamente se limitan al estudio y la televisión digital se reduce a digitalizar las señales NTSC para comprimirlas y subirlas al satélite para su distribución a estaciones terrenas, las cuales a su vez descomprimen la señal, y la transforman nuevamente en analógica para su entrega al televisor NTSC.
En Europa se conformó el grupo DVB (Digital Video Broadcasting) con el objeto de normatizar las emisiones del video digital y sus incursiones han penetrado el territorio de la ATSC (Estados Unidos) donde se están utilizando las dos normas. Según se puede leer en la entrega de la revista SMPTE de Abril, ATSC es compatible con DVB. La mayor diferencia entre el estándar europeo y el norteamericano reside en que la norma ATSC contempla solo aplicaciones terrestres fijas en tanto que la contraparte europea tiene el formato DVB–S para transmisión satelital para estaciones fijas y móviles. En Europa ya se han hecho demostraciones de aplicaciones móviles con receptores en vehículos para transporte masivo.
DVB asegura tener una mayor flexibilidad para el transporte de los trenes de datos multiprograma permitiendo con gran facilidad que éstos cambien de medio fácilmente, como por ejemplo pasar del satélite a una distribución por cable. Además, es posible que el teledifusor escoja el nivel de resolución que quiera enviar a sus usuarios de acuerdo a la tabla de perfil y nivel en la norma de compresión MPEG 2. También parece ser que los metadatos contenidos en los paquetes son más poderosos en el sistema DVB.
Seguramente que el advenimiento del MPEG 4 causará molestias a los dos sistemas y se tendrán que introducir nuevas instrucciones y direcciones dentro de la sintaxis utilizada en la programación de cada uno de los trenes de datos desde los unitarios hasta los que llevan una programación múltiple con diversos servicios dentro del mismo flujo como interactividad, datos exógenos, audio en diferentes idiomas, y otros servicios que transitarán por las autopistas informáticas dentro del mismo contenedor como Internet, telefonía, radio, multimedia y otros.
En la medida que el espectro radioeléctrico se congestione más y más, se hará indispensable despejar el espectro radioeléctrico dejándolo solamente para aplicaciones móviles y que todo servicio fijo sea transportado por redes de fibra óptica y cobre, lo cual traerá como consecuencia una mayor penetración de las tecnologías de convergencia, las cuales gracias a la deregulation se continuarán amalgamando y al final no sabremos si cuando el vendedor de la revista TIME toque a nuestra puerta lo hace para ofrecernos una suscripción a la revista, o a un canal de televisión, o si nos va ofrecer servicio telefónico, o tal vez en su maletín traiga todos estos productos y otros que hoy en día no nos imaginamos.
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