Mientras que el VHS se convierte poco a poco en una pieza de museo, las nuevas herramientas tecnológicas para producción de DVDs cobran características que simplifican de manera considerable el trabajo de los profesionales.
Apple, una empresa que apuesta cada vez más fuerte a los medios digitales, tiene en estos momentos sus fichas puestas en DVD Studio Pro, un software que adquirió hace apenas un par de años y sobre el que trabaja con mucha fuerza para convertirlo en un referente entre los productores de DVDs.
"Cuando Apple adquirió DVD Studio Pro trabajó, fundamentalmente, en mejorar la velocidad y la flexibilidad", explica Héctor Goldín, presidente de Maxim Software, un distribuidor de valor agregado de productos Apple en Argentina, y de la consultora de implementaciones de soluciones sobre esa plataforma en Miami, Anova Solutions LLC.
Entre las características destacadas que ofrece la herramienta se cuentan la posibilidad de personalizar la interfaz para que se adapte a las necesidades de workflow de cada usuario, los templates prediseñados por la propia Apple con el fin de acelerar el proceso (sirven para construir menús y agregar material o puntos de interactividad con un simple drag and drop de video, audio o gráficos previamente editados y que estén disponibles en la paleta), y la capacidad de ver y operar el material (incluidos tracks, activos y menús) antes de construir el DVD.
Además, incluye un codificador MPEG-2 de primera clase, que genera video de alta calidad a razones de bits bajas. Esto permite maximizar la longitud de video que cabe en un DVD sin tener que resignar calidad. Se incluyen, adicionalmente, las utilidades Compressor y A.Pack. La primera es útil para la personalización y la corrección de archivos de compresión en tiempo real. También habilita el proceso batch a MPEG-2 para DVD y a MPEG-4 para Web streaming. A.Pack, por su parte, codifica audio sin comprimir en streams Dolby Digital AC-3 altamente comprimidos.
Goldín explica que "normalmente, en el proceso de creación de DVDs, hay que considerar cálculos, estudiar cómo calibrar lo que se escalará en el DVD, ver el tipo de conversión..." El experto asegura que Studio Pro permite hacer todo esto manualmente, pero, por otro lado, afirma que "lo cierto es que 98 % de los profesionales necesita concluir su trabajo con urgencia y, para ello, DVD Studio Pro resuelve todos los cálculos por default, a partir del material de entrada, que puede ser de Final Cut Pro o cualquier elemento desarrollado en QuickTime, y lo arma". El ejecutivo, además, asegura que la herramienta "hace optimizaciones a medida que incluye nuevo material".
La visión del usuario
Diego D´Alessio es productor de DVDs. Entre sus últimos trabajos aparece "11 episodios sinfónicos", un trabajo de Gustavo Cerati que se vendió en Argentina, Chile y México, país donde alcanzó el sexto lugar en el ranking. Trabaja como desarrollador de QuickTime desde hace 10 años y utiliza DVD Studio Pro desde sus betas.
Además de los beneficios mencionados, agrega uno: "El hecho de que funcione sobre el sistema operativo Mac OS X es un punto a favor, porque suma la robustez de la plataforma a la robustez propia del producto".
El productor asegura que "generalmente, uno está muy ocupado tratando de cumplir con los plazos y lo último que necesita en el proceso de producción es que las herramientas tecnológicas empiecen a generar problemas".
Por otra parte, D´Alessio, cuyos antecedentes se encuentran en el universo de la programación, asegura que "Studio DVD Pro saca lo mejor de cada usuario, ya venga desde la parte técnica informática como del mundo del video". Por ejemplo, él toma gran ventaja de la capacidad del producto para dar acceso al script de la tecnología. "Para mí es fundamental, aunque entiendo que para alguien con más trayectoria en el área de video puede no ser tan importante".
Otra de las características poderosas de DVD Studio Pro es su alto grado de integración con la herramienta profesional de edición de video de Apple, el FinalCut Pro. Incluso, la empresa de la manzanita ve las dos soluciones como parte de un sistema completo para la creación y la distribución de contenidos digitales, y no como softwares independientes.
Por ejemplo, la línea de tiempo, así como otros elementos de interfaz de usuario, son prácticamente idénticos en ambos productos, de forma tal que un usuario de cualquiera de las dos herramientas podría comenzar a trabajar con la otra casi de inmediato, sin necesidad de perder tiempo en capacitaciones o largos procesos de aprendizaje.
Desde el punto de vista técnico, la integración con Final Cut Pro 4 es completa: cualquier material desarrollado con esta puede incorporarse en un proyecto de DVD sin que medien inconvenientes ni operaciones manuales. Del mismo modo, DVD Studio Pro funciona naturalmente con la herramienta de composición y efectos visuales Shake 3 y las aplicaciones para producción de música Soundtrack y Logic Platinum.
No estamos solos
La principal competencia que encuentra Apple en este terreno es Sonic. Aunque, en honor a la verdad, es al revés: Sonic lleva ya mucho tiempo en el mercado y es prácticamente el estándar de producción de DVDs para los usuarios de PCs.
Según Goldín, la diferencia de velocidad en lo que hace estrictamente a la preparación del DVD es de 10 a 1 a favor del producto de Apple. "Los templates y la posibilidad de incorporar materiales de diferente tipo o de agregar subtítulos desde archivos estándar, entre otras cosas, hacen que sea rapidísimo".
Otra ventaja importante es la capacidad de trabajar en diferentes formatos. "Con QuickTime y FinalCut Pro es posible operar en formatos de cine, algo muy difícil en otros ambientes –explica Goldín–. Si bien Sonic lo hace, obliga luego a manejar todo de esa manera. Con Studio Pro se pasa de un formato al otro sin problemas".
La calidad es otro punto clave. "He escuchado comparaciones de gente que usa habitualmente Sonic, incluso expertos en esa plataforma, que aseguran que la calidad obtenida con DVD Studio Pro es superior", afirma Goldín.
Entre las ventajas de Sonic se cuenta la mayor velocidad en el proceso de conversión. "La hace por hardware, por lo que, si bien no se logra tanta calidad en el proceso, se hace más rápido", indica Goldín. La recomendación del experto es utilizar DVD Studio Pro cuando se requieren altos niveles de flexibilidad y calidad y se tiene un presupuesto no tan amplio. "Sonic es una opción más cara, pero si hay que maniobrar un alto volumen de material con prescripciones muy claras sobre cómo tiene que ser el producto terminado, puede ser la mejor alternativa", concluye Goldín.
También Adobe asoma en el negocio, con su producto Encore: una propuesta más cercana a DVD Studio Pro que a Sonic y que pretende competir tanto en el segmento PC como en el de Mac. Al igual que la solución de Apple, la de Adobe también integra la herramienta producción de DVDs (Encore) con la de edición de video digital para profesionales (Premiere).
Si hubiese que apostar hacia una tendencia en el universo de la producción de DVDs, todo parece indicar que, al igual que en casi todas las disciplinas que involucran tecnología informática, las soluciones basadas más en software que en hardware terminarán siendo las dominantes de mercado.
Es de esperar, entonces, que Apple siga adelante con su estrategia, que Adobe se acomode un poco mejor en el mercado apalancado por la amplia base de datos de usuarios de sus soluciones de imagen tan ampliamente aceptadas –como Photoshop–, y que Sonic invierta más fuerte en soluciones orientadas hacia el software.
El ganador de esta lucha será, en definitiva, el usuario, para quien hacerse la película (en DVD, en este caso) será cada vez más fácil.
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