Las oportunidades de negocio están ahora aquí, en un mundo donde el consumo de video tanto de televisión tradicional, de pago, y, por supuesto, a través de medios digitales, viene al alza.
Juan Pablo Morales*
Ahora, más que nunca se hace necesario conocer cómo funciona el video por internet, cómo podemos tener comunicaciones con la menor latencia posible, cómo podemos hacer videoconferencias y eventos en línea con una realización diferente, innovadora, entretenida y agradable y cómo podemos reconectarnos con nuestras audiencias mediante formatos que les hablen al oído.
La adopción de prácticas de comunicación a través de video ha avanzado en tres meses lo que, en otras circunstancias, habría evolucionado en varios años. El trabajo en casa, la educación asistida por tecnología, el periodismo digital, los eventos en línea, el marketing, la atención médica, fitness y ejercicios, las reuniones de padres de familia en los colegios, los conciertos y las celebraciones online de cumpleaños familiares, son algunos ejemplos de actividades que habitualmente se hacían presenciales y que se hacen y seguramente, aún cuando despertáramos inesperadamente en un mundo sin pandemia, se continuarán haciendo a través de tecnologías de video online y videoconferencia en un alto porcentaje a partir de ahora.
Cuando todo esto apenas iba a comenzar, llegué a pensar que quienes teníamos líneas de negocio en producción de televisión y en tecnologías de streaming de video para eventos en vivo, tendríamos un freno en seco a nuestra facturación que la industria aeronáutica. No obstante, y de manera afortunada, no podría haber estado más equivocado.
A los pocos días de haber empezado la crisis de la pandemia y el confinamiento, comencé a recibir llamadas de muchas personas, clientes y referidos buscando asesoría, ideas y soluciones rápidas para virtualizar su día a día en muchos aspectos. Era sorprendente la cantidad de personas y empresas buscando, desesperadamente, soluciones para integrar streaming a sus actividades, para facilitar las reuniones, agilizar la toma de decisiones o para no perder los vínculos construidos con sus usuarios, clientes y proveedores durante décadas.
El mundo se detuvo, pero las telecomunicaciones comenzaron a girar más rápido que nunca y las soluciones basadas en video online tal vez, están en su mejor momento. El streaming paró, tomó impulso y ahora nada puede detenerlo.
Era de esperarse también que las empresas dueñas de las grandes plataformas VOD y las de videoconferencia como Zoom, tuvieran un crecimiento acelerado en sus ventas y en su capitalización bursátil, así como de los ataques cibernéticos a sus estructuras tecnológicas.
Y la mejor parte de todo esto es que se hizo evidente que no todo se trata de tecnología, sino que se trata de cultura. La tecnología ha estado aquí. WebRTC lleva años esperando una masificación reconocida, el video por redes sociales ha estado esperando su oportunidad, la publicidad con video online no se igualaba aún a la publicidad tradicional, la telemedicina lleva décadas buscando pacientes. Pero a la cultura solo le faltaba un empujón, que lamentablemente le llegó de esta manera.
La regulación, que siempre va más lento que la tecnología y la creatividad, ha quedado casi que sin piso alguno en cuanto a normatividad en temas como e-learning y telemedicina. Las universidades tuvieron que rediseseñarse en cuestión se semanas para educar por Teams y los médicos a para prescribir por WhatsApp. Ahora hay que reaccionar porque seguramente pocos querrán volver a un salón de clase o a una sala de espera.
La infraestructura de conectividad mundial tiene ahora, más que nunca, la enorme responsabilidad de robustecerse, ampliar la cobertura, los anchos de banda y seguramente, de reducir las barreras de acceso a toda la población, ya que será, durante mucho tiempo, la manera más segura de comunicarse.
Es por esta razón por la que en una época donde se hace conveniente reconocer anticipadamente por dónde se romperá la represa, estar al tanto de los avances de la tecnología, se convierte en una condición de enorme ventaja.
La palabra no es reinventarse, sino reoreintarse.
Consumo de video al alza
Las oportunidades de negocio están ahora aquí, en un mundo donde el consumo de video tanto de televisión tradicional, de pago, y, por supuesto, a través de medios digitales, viene al alza.
Según TheDrum, en todas las regiones del mundo se ha reportado un mayor consumo de video en medio de la crisis del Coronavirus. Mientras que el crecimiento de Netflix sumó un récord de 16 millones de nuevos suscriptores a nivel global, el tiempo online de las personas en general, se ha incrementado en más del 50%. Igualmente la publicidad está buscando el tono emocional para conectar con las audiencias, nada más en el Reino Unido, el 42% de los consumidores están buscando contenidos informativos sobre el Covid-19, mientras que el 35% está esperando que sus contenidos publicitarios los hagan reaccionar positivamente y que les despierten sentimientos de calidez y felicidad.
Es así como canales de contenidos digitales, como EnchufeTV, del que gratamente puedo hablar por mi cercanía con ellos, y del que modelos similares seguramente existen también en muchas partes del mundo, han tenido que imaginar un mundo claramente diferente y darle una vuelta a los libretos tradicionales con los que solían trabajar, cambiando, no de fondo, sino de forma, para pasar a formatos pensados para ser grabados por el talento desde sus propios hogares. Los invito a ver su canal en vivo, donde han encontrado una manera de conectar con las audiencias en directo, con modelos interactivos que los hacen más cercanos, los muestran más vulnerables, los acercan como más humanos. Debo retomar unas maravillosas palabras tomadas recientemente de Los Angeles Times donde hablaban de la enorme necesidad actual por producir versiones creíbles de lo que solía ser cotidiano en TV, pero con los recursos ahora disponibles en nuestros hogares.
En la industria de la televisión tenemos ahora un reto muy grande. Debemos diseñar los modelos de producción, minimizar la cantidad de mano de obra fortaleciendo las competencias del recurso humano, implementar la forma de garantizar la seguridad para el crew y el talento en cada set, robustecer las vías para el tráfico de los contenidos a la postproducción y empezar a pensar en historias para contar, de manera que conecten mejor, en medio de nuestra realidad.
La palabra no es reinventarse, sino simplificarse.
Creatividad e interacción
La guerra por la atención de los usuarios es ahora más enérgica que nunca. Los grandes canales de televisión, dueños de enormes presupuestos de producción, tienen ahora el acceso a las mismas cámaras, luces y micrófonos que muchos de nuestros hijos. La facilidad para producir contenidos y distribuirlos es ahora, y seguirá por muchos meses, totalmente democrática. La diferencia está en la creatividad y la interactividad. Y sobre esto, los gamers, los YouTubers, TikTokers e Instagramers llevan de lejos la delantera.
Entonces, qué podemos aprender de todos ellos: el secreto está en la interactividad y en la entrega de contenidos de valor.
Por esta razón Zoom se convirtió, no solamente en una de las plataformas más usadas en las conferencias o reuniones corporativas o en la que se basan las discusiones de los legisladores, sino también en la herramienta para hacer streaming de una infinidad de webinars y entrevistas remotas. La interactividad se convirtió definitivamente en la reina inseparable del contenido.
Precisamente he sido abordado para ayudar a algunas firmas a diseñar y ejecutar sus asambleas, donde incluso 15 segundos de latencia son ahora casi que inaceptables. La interactividad en tiempo real, aún sin 5G, ha llegado para quedarse.
Es aquí donde las tecnologías y flujos de trabajo desarrollados bajo WebRTC comienzan a tener un peso importante dentro de las herramientas con las que es importante integrarse, con una gran ventaja: parecen un túnel de comunicación que logra interconectar con latencias menores a un segundo a sus usuarios. Si a esto integramos tecnologías de comunicación a través de redes sociales, encuestas, votaciones y encuestas, los resultados pueden ser muy poderosos. Nuevamente, por encima de todo: el usuario y la usabilidad.
La palabra no es reinventarse, sino reconectarse.
Me alegra mucho toda esta transformación digital que hemos tenido. No obstante para ser claro, también tomo de nuevo la idea del crítico de Televisión Robert Lloyd, parafraseando que con esto no quiero decir que esté celebrando en lo más mínimo esta terrible pandemia, pero si teníamos irremediablemente que tener alguna, me alegra que el video online esté siendo nuestra vía de conexión para poner de manifiesto nuestros lazos humanos.
El secreto no es reinventarse, sino hacerlo mejor, diferente, más visual, “más bonito”.
*Juan Pablo Morales Sarmiento es CEO y Co-fundador de Nuevos Medios Entertainment. Puede contactarlo a través de su cuenta en Twitter @JuanPMoralesS
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