En una semana, Quibi reportó 1.7 millones de descargas. Sin embargo, a estas alturas aún es complicado vislumbrar su éxito.
Por Airy Nicole Contreras
La pandemia de coronavirus ha puesto en jaque a las industrias más poderosas del mundo, incluyendo a la cinematográfica. La maquinaria está paralizada debido a una emergencia sanitaria que ya provocó el cierre temporal de las salas de cine en todo el mundo y marcó un alto inapelable a los rodajes.
No hay certidumbre sobre cuándo llegará la nueva normalidad, ni qué ocurrirá cuando nos integremos a ella. Aunque existen proyecciones sobre cuánto perderemos a causa de esta crisis, la incertidumbre está latente. Frente a este panorama, es apremiante hallar nuevas formas de mantener las finanzas lejos de la zona roja. Reinvención es la palabra que debe colmar los pensamientos de quienes mueven los hilos de este negocio.
A todo esto hay que agregar que, desde hace tiempo, comenzó a gestarse un romance entre Hollywood y Silicon Valley, alimentado por una encarnizada guerra del streaming. En este contexto llega Quibi, que presume de ser disruptor, original e innovador.
¿Qué es Quibi? Una app que ofrece contenidos de alta calidad audiovisual —entre películas, series, realities y programas de televisión— de menos de diez minutos, creados para consumirse únicamente en dispositivos móviles. Además, permite ajustar la imagen al formato vertical, horizontal o ambos, según las preferencias del usuario. En pocas palabras, son producciones con la manufactura de Hollywood pero en formato breve, con tecnología para una nueva forma de storytelling. Su nombre proviene de quick bite o probadita: esos mordiscos de contenido premium que puedes consumir durante los traslados, en pausas de la rutina, en las salas de espera, etcétera.
Incluso antes de conocer sus particularidades, la plataforma gozó de gran atención mediática, lograda en buena medida gracias a que sus cofundadores son dos viejos lobos de mar. Por un lado tenemos a Jeffrey Katzenberg, quien fuera presidente de Producción de Paramount Pictures, presidente de Walt Disney Animation Studios y cofundador de Dreamworks. Por otro lado tenemos a Meg Whitman, que fue directora ejecutiva y presidenta de eBay y ahora está al frente de la empresa Hewlett-Packard (HP).
Con padres como estos, no sorprende que Quibi atrajera, de ambos bandos, a inversores del calibre de Warner, NBC Universal, Disney, Alibaba Group, Google, PepsiCo, T- Mobile y Walmart, entre otros.
El plan de Katzenberg y Whitman era almacenar un equivalente a nueve meses de programación antes del lanzamiento oficial, pero el brote mundial de covid-19 trastocó sus planes. Sabían que tenían entre las manos una herramienta para “ayudar, entretener e inspirar a la gente” en estos tiempos de incertidumbre, de modo que decidieron continuar con el lanzamiento de la plataforma. Después de todo, el momento sería ideal, pues los usuarios tendríamos tiempo y ganas de experimentar cosas nuevas durante el confinamiento.
Si antes de la pandemia invertíamos buena parte de nuestro tiempo en el celular, durante el encierro se convertiría en una de nuestras principales fuentes de entretenimiento. De acuerdo con Comscore, tan sólo en México hay 66 mil 798 millones de usuarios digitales, de los cuales más del 45 por ciento navega a través de su móvil y 95 por ciento utiliza sólo aplicaciones. Además, tenemos un consumo promedio de 66 horas al mes por usuario.
En una semana, Quibi reportó 1.7 millones de descargas. Sin embargo, a estas alturas aún es complicado vislumbrar su éxito. Primero habrá que esperar a que transcurran los 90 días de prueba gratuita que concedió a sus primeros suscriptores (de ahora en adelante sólo ofrecerá 14) y después contar cuántos eligen ser fieles a la app. Quizá el secreto de esa fidelidad radique en la experimentación de formato-tecnología-contenido, y que esto, a su vez, provoque la interacción del consumidor para incidir en la narrativa; o bien, en que plantee nuevas experiencias de consumo, como ocurrirá con Spielberg’s After Dark, serie que sólo se podrá ver durante la medianoche.
Un factor que no influirá en la lealtad del espectador, pero sí en el éxito de la plataforma, será su capacidad de recolección y análisis de datos, una estrategia probada por Netflix. Sólo el tiempo delatará qué posibilidades puede abrir una propuesta como Quibi en una industria que se alista para enfrentarse a su propia nueva normalidad.
*Airy Nicole. Devoro películas y luego las distribuyo. He escrito de cine en Milenio. Soy jefa de Digital Cinema en Labodigital. Toco el violoncello y hago música para audiovisuales.
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