Canitec, por su parte, es el órgano de representación empresarial que agrupa a los concesionarios de redes públicas de telecomunicaciones (RPT) que proveen servicios de televisión por cable, internet y transmisión de datos, en la República Mexicana. Fue fundado en 1975 y en sus inicios funcionó como una asociación que reunía a un grupo de empresarios de este sector. Posteriormente se decidió dotar a esta organización de la figura jurídica de Cámara Industrial. Hoy tiene como misión "pugnar por la unión y la representación de los industriales del ramo de las telecomunicaciones por cable, así como fomentar a través de la información y de la capacitación, el crecimiento de la industria, para que a través de las redes públicas de telecomunicaciones que manejan, cada vez más suscriptores puedan tener acceso a las mejores opciones de entretenimiento, cultura, información, educación y servicios de valor agregado".
Al principio fue la ebullición
¿Cómo estaba la industria del cable en 1995, cuando TV y Video salía por primera vez? Así lo recuerda Burzaco: "Hace diez años, la industria estaba en plena ebullición, así como todo el mercado mundial de las telecomunicaciones". En referencia a Argentina, el máximo directivo de ATVC explica que "en el país se daba la consolidación de operadores múltiples, por vía de la adquisición de cables en distintas ciudades. Incluso participaron grupos inversores del exterior, pensando en replicar modelos de expansión de servicios que se habían dado en Inglaterra principalmente, pero también en Estados Unidos". Este último país, rememora Burzaco, modificó su marco regulatorio para las telecomunicaciones un año después, en 1996.
El ejecutivo agrega un dato no menor: "Es de hacer notar que en aquella época, Argentina era el tercer país en el mundo en cuanto a penetración del cable en los hogares. Había más hogares con cable que con servicio básico telefónico (hoy todavía es así en muchos distritos del país). Estas condiciones particulares atrajeron la llegada de capitales".
En México, el crecimiento del cable en 1995 no lograba los niveles de Argentina, aunque en el contexto general del país, mostraba buena salud. Puente explica que "en esa época, el país estaba pasando por momentos difíciles, lo que se reflejaba en el crecimiento de su base de suscriptores que, no obstante, se incrementaba a un ritmo de 5% anual".
Según los datos que aporta el presidente de Canitec, en el año de fundación de TV y Video la industria mexicana de cable contaba con 119 concesiones distribuidas en el país, 1,25 millones de suscriptores, 35.000 kilómetros de red y cobertura en 190 localidades.
"También se daban cambios importantes, como la entrada en vigor de la Ley Federal de Telecomunicaciones, ordenamiento al que quedaron sujetas las empresas del mundo de la televisión por cable". Esta ley data de 1996 y estipuló que las concesiones de los sistemas de televisión por cable fueran sustituidas por concesiones de redes públicas de telecomunicaciones, lo que permitió a los empresarios de este sector, además de mejorar la calidad de sus señales, proveer una serie de servicios de valor agregado a sus usuarios.
Pero la economía en América Latina es fluctuante, y la ebullición que se vivía en Argentina hacia 1995 tendió a mermar a partir de la recesión y la crisis que afectó a ese país durante la última parte de los noventa y el principio del nuevo siglo. "La recesión arrancó en el año 1998 y se fue haciendo cada vez más crítica, para terminar en la conocida crisis institucional y económica de fines del año 2001 y comienzos de 2002", puntualiza Burzaco. ¿Qué ocurrió con la industria durante ese período?: "En 1998 llegó a un pico de abonados, estimados en unos 5,5 millones, y con la influencia de los factores relatados más un importante aumento en los ‘colgados’ al servicio [conexiones ilegales], a mediados de 2002, la cifra estimada era de 4,5 millones de abonados". Sin embargo, Burzaco no pierde el optimismo: "Hoy nos estamos recuperando", afirma.
México vivió el efecto contrario: de la tibieza del principio a un importante crecimiento. "Si tengo que indicar qué cambió desde 1995 hasta ahora, debo decir que todo", indica Puente. La industria ahora está compuesta por 850 concesiones, más de 3 millones de suscriptores, cuenta con 80.000 kilómetros de red y tiene cobertura en 1800 localidades. "Luego de un período de recesión, en este momento registramos 10% de crecimiento anual", afirma el presidente de Canitec.
El mismo ejecutivo destaca, entre los principales cambios, que "se ha establecido un procedimiento en el año 2003 para que, con sólo dar aviso, los concesionarios de televisión por cable puedan prestar el servicio de internet, segmento en el que cuentan con más de 350.000 abonados. También está la posibilidad de que puedan arrendar su infraestructura a los concesionarios del servicio telefónico. Tres redes ya estarían listas para comenzar a ofrecer este servicio. Otro aspecto importante ha sido el ordenamiento específico que regula a la industria, el Reglamento del Servicio de Televisión y Audio Restringidos, publicado en el año 2000".
Mirar hacia delante
"Cambia, todo cambia", reza una conocida canción. Y los desafíos actuales de la industria de la televisión distan mucho de los que se establecieron en aquel aparentemente lejano 1995. "Los desafíos de entonces eran copiar el modelo de múltiples servicios que se estaban experimentando en algunas ciudades pequeñas de Estados Unidos, llegando hasta el hogar con internet, transmisión de datos, pay per view, eventualmente telefonía y otras prestaciones. Para hacer todo esto, se necesitaba actualizar las redes e incorporar fibra óptica a las mismas, en una estructura de construcción HFC con redundancia", recuerda Burzaco.
Para Puente, por su parte, "el principal desafío lo representaba la modificación de los títulos de concesión para que estos quedaran sujetos al nuevo ordenamiento (Ley Federal de Telecomunicaciones). Antes de la entrada en vigor de la ley, los títulos de concesión los otorgaba la autoridad como sistemas de televisión por cable, y la autorización para prestar servicios adicionales como internet, simplemente era muy difícil. Con esta nueva figura se pueden prestar todos los servicios técnicamente factibles, bastando la autorización de la autoridad, pero en 1995 no estaba claro el procedimiento a seguir y no había una política definida al respecto".
¿En qué medida se han superado esos desafíos? En Argentina, parte del sueño se ha cumplido: las redes se han actualizado y cuentan hoy con tecnología de primer nivel. La otra parte aún está pendiente: "El proceso de introducción de nuevos servicios, excepto internet, se vio truncado por la debacle económica que afectó al país y a muchos de los grandes operadores". En México, se comentó, la ley surgió un año después, por lo que puede decirse que el objetivo fue alcanzado.
Pero la industria no se detiene ni vive del pasado. Las nuevas metas ya están planteadas y muchos interesados trabajan de manera conjunta para alcanzarlas.
Puente afirma que "la convergencia de servicios y redes que se está dando en el sector de las telecomunicaciones obliga a la industria a ofrecer más y mejores servicios y a precios competitivos". El directivo mexicano explica que "la prestación de varios servicios a través de una misma red está ayudando a que más personas tengan acceso a los diversos servicios de telecomunicaciones. Las redes de televisión por cable, por su naturaleza, son redes de banda ancha, lo que representa una gran oportunidad, ya que en el mundo el uso de la banda ancha crece a un ritmo de 70% anual".
Tal convergencia plantea los principales desafíos a futuro. "Si bien esta industria ofrece, en diversas localidades del país, el servicio de internet adicional al originalmente autorizado, uno de los mayores retos es lograr que la autoridad permita prestar de manera directa el servicio de telefonía, para que los concesionarios de televisión por cable puedan ofrecer los servicios de televisión, internet y telefonía (triple play)", afirma Puente, y concluye: "Esperamos en corto tiempo poder decir que esta industria está a la altura de sus similares de nuestros principales socios comerciales".
Burzaco, por su parte, manifiesta que "los desafíos que enfrenta hoy la industria son los mismos de antes, pero con la seguridad de que las tecnologías que debemos implementar ya han sido probadas en otros lugares, por lo cual las inversiones son más seguras. Por ejemplo, ya no se habla de usar algunas tecnologías para dar telefonía por las redes de cable, que probaron no ser las mejores, sino que se ha probado con éxito el protocolo IP para suministrar este servicio. Además, los operadores más importantes planean digitalizar la transmisión en sus redes para ampliar la variedad de servicios que brindan a los clientes".
Seguramente, el autor del tango "Volver", al escribir aquella frase que asegura que "veinte años no es nada", no imaginó lo vertiginoso que sería, en un futuro, el negocio de la televisión por cable, que haría que diez años fuesen muchísimo.
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