Soluciones híbridas para cableros en Latinoamérica

La convergencia entre la televisión e internet y el nacimiento de la era digital han abierto la posibilidad de nuevos mercados y nuevos servicios para compañías como los operadores de cable (OC). Sin embargo, los sistemas instalados en regiones como Latinoamérica están diseñados para cumplir con funciones muy específicas de transmisión que no dan cabida a las nuevas opciones interactivas de servicios; para ello, los sistemas instalados deben sufrir una transición en sus componentes que optimicen la capacidad instalada y proporcionen elementos para la inclusión en el sistema de nuevas funciones.

Los sistemas de red instalados por OC en LA están basados en componentes análogos que permiten una interactividad limitada del abonado con los contenidos ofrecidos, esta arquitectura de red tiene limitaciones tecnológicas que no permiten ofrecer servicios de calidad tipo digital o de doble vía, exigidos por los usuarios de hoy, lo que hace necesaria la transición de los equipos a sistemas digitales; esto suena tan simple como comprar un nuevo televisor con sonido digital, pero la idea de este cambio toma meses y tiene costos muy elevados para las empresas.

Estas limitaciones de costos y tiempo de adecuación han dado paso al surgimiento de soluciones intermedias en términos económicos y de tecnología, que permitan cumplir con las expectativas de mercado y con la viabilidad económica básica de todo negocio. El punto intermedio entre la era análoga y la era digital es la creación de soluciones híbridas que comparten elementos de los dos tipos y permiten un servicio de calidad total. Las redes híbridas ofrecen una solución intermedia accesible para pequeños empresarios donde se evita la casi imposible y costosa tarea de crear una red totalmente digital.

Las redes híbridas son aquellas soluciones de red donde el OC puede seguir ofreciendo servicios tradicionales de calidad intermedia, análoga, y nuevos paquetes con calidad 100% digital bajo una misma arquitectura, la solución híbrida permite la coexistencia de los dos sistemas. Esta transición intermedia se basa en dos conceptos claves que son la actualización de la cabecera de red y los equipos receptores de los suscriptores (STB) a formato digital y la transmisión por la misma planta de canales digitales y análogos.

La transición digital de la cabecera de red (headend) se basa en un nuevo componente del sistema conocido como encoder, el cual se convierte en el corazón del sistema digital. El encoder cumple la función básica de transformar en un solo formato de compresión todo tipo de señales para poder ser transmitidas por un mismo canal y tiene la misma función asignada a un aparato codificador en sistemas análogos. El encoder recibe de los dispositivos receptores las señales que bajan de los satélites proveedores de contenido, interpreta su formato de compresión para luego transformarlo al utilizado por la planta y, finalmente, transmitirlo a los abonados. Cabe aclarar que no existe un único encoder que interprete todo tipo de compresión, se requiere uno por cada formato digital. La importancia del encoder radica en la posibilidad que ofrece de recibir en un mismo formato todo el contenido, las ventajas en tiempo y espacio son infinitas si se toma en cuenta que los procesos de recepción y modulación necesarios en sistemas análogos quedan de lado ahora, el encoder realiza en un mismo hardware la recepción y codificación de señales, el headend por tanto es ahora más pequeño ya que se requiere menor espacio para dispositivos de recepción y modulación por tipo de señal.

En cuanto a los STB de los suscriptores, éstos deben tener decodificadores compatibles con el tipo de encoder instalado en el headend. Igualmente, la ventaja radica en que sólo se requiere de un tipo de decodificador dentro de la caja para recibir todo el contenido premium, PPV, VOD, canales de música digital, etc.

La redes híbridas permiten un uso más eficiente del ancho de banda disponible en la planta, las transmisiones análogas requieren de un ancho de banda de 6 MHz por canal. La redes típicas en LA disponen de una ancho total de 750 MHz lo que limita en gran medida su capacidad para ofrecer nuevos servicios. La transición a digital ofrece la posibilidad de transmitir un mayor número de canales gracias a sistemas de compresión digital tales como DigiCipher II, PowerVu, DMX, MPEG, 256 QAM, etc. La planta tiene ahora la capacidad de transmitir por un canal análogo de 6 MHz 6, 7, 8 y hasta más canales digitales dependiendo del tipo de compresión utilizado y la resolución que se quiera obtener, a mayor resolución deseada, mayor ancho de banda requerido; sin embargo, una calidad promedio permite transmitir 7 u 8 canales digitales con calidad de cine en 6 MHz. La planta de transmisión recibe del headend las señales ya comprimidas en formato digital y así mismo las transmite directamente a los suscriptores. La posibilidad de transmisión en este tipo de formato depende nuevamente del encoder, la utilización óptima del ancho de banda se da gracias a la compresión.

Hasta el momento, la solución planteada parece ser adecuada a las necesidades del sector en LA, lo que hay que ver ahora es el costo de adquirir esos encoders si se tiene en cuenta que se requieren tantos como formatos de compresión se reciban. El valor de un encoder puede oscilar entre U$40 mil y U$50 mil lo que hace pensar a los OC el costo que implica ofrecer estos nuevos servicios y la posibilidad de recuperar la inversión sobre todo cuando se trata de redes pequeñas con menos de 10 mil abonados; la posibilidad de transición para estas empresas es mínima aún hablando de redes híbridas. Teniendo en cuenta este problema surgen nuevas opciones de adquirir los servicios a través de proveedores de programación que ofrezcan la posibilidad de acceder a estos contenidos sin necesidad de adquirir el hardware requerido, estos proveedores ofrecen paquetes de canales digitales por un valor mensual, que implica para el OC una reducción en costos por compra de equipos, evita tiempo y costos de negociación con cada programador y facilita el proceso de recepción y transmisión de contenidos.

DLA es una compañía que ofrece una solución completa, económica y efectiva de contenido digital como PPV, VOD, canales premium, música digital, programación A-La_carte, y servicios complementarios como CAS (Continental Authorization Service), EPG, financiación de equipos, etc. a los operadores de cable en América Latina basándose en el sistema de red existente. DLA fue creada en abril del 2000, pensando exclusivamente en el mercado latinoamericano como respuesta a la posibilidad de crecimiento del sector en la región. DLA se convierte en la primera empresa para LA en ofrecer estos servicios diseñados para OC pequeños quienes desean hacer la transición a sistema digital y ofrece una solución tipo HITS (headend in the sky) para redes híbridas.

La ventaja que implica para un CO acceder a contenidos digitales a través de un proveedor de servicio va más allá de disminuir costos de adquisición de encoders. La solución que ofrecen empresas como DLA permite al operador negociar con un solo proveedor y recibir de un solo proveedor todo su contenido digital. El OC ya no necesita múltiples receptores y moduladores para manipular diferentes señales que deben ser moduladas y demoduladas varias veces antes de llegar hasta el suscriptor perdiendo de este modo calidad y fidelidad. El OC requiere de una sola antena receptora que baja del satélite de su proveedor una única señal digital que puede ser directamente transmitida a los abonados. Para el OC este servicio implica la compra de dispositivos receptores cuyo valor está alrededor de U$4 mil a U$5mil, ya que los encoders necesarios están instalados en el centro de recepción del proveedor.

Además de ofrecer todo el contenido digital y servicios interactivos en un solo paquete, DLA ofrece servicios complementarios que ayudan al OC a descentralizar operaciones de control que exigen igualmente inversiones grandes en equipo, infraestructura y personal. DLA ofrece un servicio de CAS el cual tiene como único requisito una conexión entre el Sistema de Facturación (BSM) del OC y el centro del CAS. Aunque quien da la autorización final del servicio es el CAS, el OC es quien controla y seguirá controlando el acceso a los servicios de sus abonados, el BSM es la parte del sistema que informa de la solicitud y hace que ésta finalmente se lleve a cabo. Por tanto, el OC logra tener servicios de calidad a menor costo sin perder la autonomía que necesita para sus operaciones.

Por último, DLA ofrece una asesoría de principio a fin al OC en el proceso de actualización de equipos y en el mercadeo y lanzamiento de sus nuevos paquetes de servicios. DLA deja al OC la libertad de negociar directamente con nuevos proveedores de programación y equipos, así como la contratación externa de funciones de control como el CAS.

En conclusión, aquellos OC que deseen hacer una transición de análogo a digital en su sistema y en sus paquetes de servicios, tienen a su disposición varias opciones económicamente diferentes y que ofrecen grandes posibilidades de nuevos negocios y mayores ingresos; por un lado, se ofrece una transición en el headend de la red con la incorporación de encoders que permiten una transmisión digital, o por otra parte la contratación de un proveedor de contenido que facilite el proceso.

La decisión de tomar una u otra opción dependerá de la capacidad económica de la empresa, de la configuración y tipo de equipos que maneje la red análoga y del número de suscriptores que el OC tenga en su base de datos. El OC debe tener en cuenta el costo de ofrecer estos nuevos servicios y la posibilidad de recuperar dicha inversión a través de la prestación de servicios con valor agregado sin afectar en gran medida el precio de los paquetes para sus abonados.