¿Adiós al formato universal?

Los formatos de grabación de video digital basados en el estándar DVC tienden a despertar reacciones encontradas. Muchos usuarios los descalifican por el tamaño de la cinta, que los hace propensos a problemas de dropouts y falta de estabilidad en el playback.

Otros tantos se quejan de los problemas de intercambiabilidad de cintas, que también están directamente relacionados con el tamaño físico de cintas y mecanismos. Algunos afirman que el ancho de banda y el muestreo 4:1:1 simplemente no son suficientes para aplicaciones realmente profesionales. Y otros, más simplemente, se limitan a renovar su equipo análogo, esperando que las aguas se aclaren.

En el estado actual de la tecnología incluso los equipos DV de tipo doméstico pueden considerarse como una opción viable para el registro de material con destino a teledifusión, y las características adicionales de robustez, manejo de sonido y calidad de imagen de los formatos profesionales los convierten en opciones realmente atractivas.

Sin embargo, también hay que admitir que los problemas mecánicos existen, y que con excepción de las grabaciones hechas en DVCPRO-50, el material codificado en DV no resiste la prueba del chroma-key: Realmente la compresión resulta excesiva para aplicaciones críticas en posproducción. Pero mientras no se trate de hacer secuencias de efectos, la imagen no tiene nada que envidiarle al Betacam SP.

La amplia oferta de formatos de grabación hace evidente que nos espera un futuro muy diferente a lo que estamos acostumbrados: La selección del formato adecuado para cada operación es más un problema de especificaciones de los equipos que de compatibilidad o dominancia de un formato en especial.

Cada quién operará "en casa" con el formato que le resulte más conveniente, dejando a un lado los movimientos masivos del mercado. De hecho, a estas alturas es evidente que el formato de intercambio de los próximos años será el Betacam SP, pues se seguirán aprovechando los equipos instalados mientras el mercado evoluciona hacia una alta especialización de los equipos que se utilicen para cada aplicación.

Mientras los sofisticados transportes D1 y las grabadoras D5 de Panasonic conservan su puesto en las más sofisticadas aplicaciones de posproducción y realización de efectos, el formato Digital Betacam de Sony se ha consolidado como el medio de grabación de alta calidad más utilizado en aplicaciones corrientes.

Su desempeño le ha asegurado una alta penetración en el mercado, y por ahora ofrece una ruta clara para la migración hacia la producción en 16:9 y en televisión digital de resolución estándar (SDTV). Las robustas máquinas Digital Betacam se encuentran a gusto tanto al lado de los sistemas de composición más sofisticados como en aplicaciones de telecine y en salas de edición on-line o unidades móviles de alto perfil.

Otra alternativa que ofrece Sony es el formato Betacam SX, que si bien es presentado como una línea de productos especialmente dirigidos a la producción de noticias, puede funcionar muy bien como reemplazo directo de los equipos Betacam SP. De hecho los transportes Betacam SX pueden insertarse de forma completamente transparente en cualquier sistema lineal o no-lineal que utilice equipos analógicos.

Además de videograbadoras convencionales, la oferta de Sony incluye un editor lineal portátil, una VTR que funciona como sistema de edición híbrido y máquinas editoras con preread. Estos equipos utilizan el mismo tipo de casetes que las grabadoras SP, y algunos modelos incluso pueden reproducir grabaciones analógicas de cintas Betacam SP. Adicionalmente, los equipos de grabación SX pueden integrarse con las cámaras analógicas existentes, permitiendo una migración gradual hacia el nuevo formato.

Los productos Betacam SX registran video digital MPEG-2, lo que les permite obtener muy buena calidad de imagen con un ancho de banda relativamente reducido. Sony logró implementar una brillante solución para convertir flujos continuos de video MPEG en material editable, lo cual le permite utilizar el mismo formato de video digital para grabación y reproducción en grabadoras, discos duros y transmisión en redes locales, aprovechando al máximo las bondades de la compresión temporal. Además, tiene la ventaja de poder manejar dos o cuatro canales de audio totalmente editables.

Cabe anotar que los defectos de la compresión alcanzan a ser visibles en aplicaciones especialmente críticas (cómo imágenes con movimientos muy rápidos y muchos detalle). Sin embargo, el formato tiene las ventajas propias del procesamiento 4:2:2, incluyendo una mejor resolución aparente y mejor respuesta al utilizar sus señales en ambientes analógicos.

Sony propone la integración de sistemas de producción donde el video se comprima sólo una vez, y se maneje de forma completamente transparente hasta su entrega final. De hecho, el material registrado en máquinas Betacam SX puede ser editado, almacenado en pequeños servidores o sistemas de playback e incluso transmitido por enlaces satelitales conservando siempre la codificación y la compresión original. Poder disfrutar de estas ventajas implica, al menos por ahora, mantener una total fidelidad de marca.

JVC introdujo hace tres años el formato Digital-S, que utiliza cintas de ½" en cajas tipo VHS, para registrar video digital 4:2:2 con una compresión de 3.3 a 1 y dos o cuatro canales de audio de excelente calidad y totalmente editables.

Digital-S es un formato de grabación de tipo convencional, y los equipos ofrecen la posibilidad de integrarse en instalaciones existentes sin inconveniente alguno. Considerando que el ancho de banda de Digital-S es de 50 MBb/s, exactamente el doble que el de los formatos DV, no es para sorprenderse que ofrezca imágenes de excelente calidad.

En principio estas grabadoras están diseñadas para comunicarse con otros equipos mediante señales analógicas o SDI. En otras palabras, no constituyen en sí mismas una parte integral de una solución de conectividad.

Aunque algunos especialistas objetan la resolución aparente de las imágenes, la verdad es que este formato se está posicionando exitosamente como una alternativa para reemplazar equipos Betacam SP en instalaciones existentes, e incluso compite exitosamente con el Digital Betacam en el mercado europeo.

La relación costo/beneficio de los JVC es excelente, pues es posible adquirir equipos digitales de excelentes prestaciones con inversiones similares a las que requieren las grabadoras Betacam SP de tipo "industrial". La utilización de Digital-S en la producción de material 480p no ofrecería ninguna dificultad, y los representantes de JVC han mencionado ocasionalmente la posibilidad de modificar los equipos para que operen en 720p.

En NAB’98 se presentaron prototipos de un formato conocido como Digital-S 100, equipos que con base en la misma plataforma ofrecen un desempeño de 100 MB/s y que fueron demostrados manejando señales HDTV de tipo 1920i. Esta variación del formato constituye una ruta razonable para la migración hacia la grabación de señales de alta definición, aunque su estandarización está por definirse.

Por su parte, Panasonic presentó también el año pasado prototipos del formato DVCPRO 100, que hace parte integral de su propuesta para la producción de señales de alta definición en formato 1080i.

Aunque las prestaciones de este sistema son muy atractivas, su escala de compresión y su arquitectura están también por definirse, como en el caso de Digital-S 100. La propuesta de Panasonic se basa en la utilización de cuatro codificadores DV en paralelo y de la misma plataforma de los equipos DVCPRO y DVCPRO 50.

Algunas personas opinan que no es posible realizar grabaciones confiables en cinta de 6mm con una densidad tan alta, pero si el desempeño de los equipos DVCPRO 50 sirve como indicador de este parámetro, es posible que Panasonic logre un formato viable con una densidad altísima y gran comodidad de manejo.

Esta oferta complementa los ya conocidos equipos D5, que ofrecen la mejor calidad de imagen posible para producciones PAL o NTSC sin compresión y que, con algunas modificaciones, soporta la grabación de imágenes de alta definición con un nivel de compresión muy razonable.

Después de este breve repaso aparece una inquietud. El posicionamiento de los formatos existentes en este momento es razonablemente claro, aunque ya se hace evidente la presión de la industria para segmentar el mercado y terminar con la noción del formato "universal", que fue el dudoso privilegio del que disfrutó en Betacam SP durante muchos años. Sin embargo, la oferta del nivel alto del mercado no se ha estandarizado alrededor de un formato único de codificación de señales.

En los próximos dos años se definirá si el formato nativo de las grabadoras de 100MB/s será alguno de los estándares de DTV o si cada una grabará en su propio sistema de video que deberá ser luego convertido en el formato de televisión que resulte más conveniente para su difusión.

No olvidemos que los flujos de DTV que llegarán a los televisores domésticos serán secuencias MPEG-2, y que las empresas líderes en el área de distribución de señales, con Tektronix a la cabeza, han propuesto un modelo en el que la codificación MPEG-2 sólo debe aplicarse para el almacenamiento y la distribución final.

En definitiva, los transportes y grabadoras para la próxima era de DTV ya existen, pero falta definir cuáles serán sus entradas y salidas. Esta es otra parte de la más difícil decisión de los últimos años, que la mayoría de productores han decidido manejar de forma salomónica: aplazándola.