La producción audiovisual en América Latina vive un gran momento, cada vez son más los proyectos que se realizan, tanto locales como internacionales, gracias a plataformas como Netflix, Amazon, HBO, solo por mencionar algunas, que ha puesto sus ojos en la región, así como el apoyo gubernamental al desarrollo de las industrias creativas.
La llegada de producciones internacionales, tanto a países con industrias desarrolladas como México, Brasil, Argentina, y a otros que se están destacando en la producción audiovisual, como Colombia y Chile, trae grandes beneficios en cuanto a conocimiento técnico, prácticas, tecnología y recursos económicos.
En contraste, los problemas políticos y económicos de los países de la región, sumados a los cambios en las formas de consumir contenidos audiovisuales, que tienen a la industria broadcast tradicional con retos inmensos, hicieron que este año 2018 que termina el balance general para fabricantes, distribuidores locales y hasta los mismos canales, no sea el mejor.
Está claro que la industria cambió, que no volverá a ser como antes. La evolución tecnológica ha permitido que se produzca más, con menos equipos y con mayor calidad. Los televidentes, usuarios, consumidores, prosumidores, también cambiaron, son más exigentes en calidad y quieren ver el contenido cuando y donde quieran.
La invitación a todos los actores de la industria es a pensar cómo adaptar su negocio a esta nueva realidad.
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