Quien no haya vivido la tensión de perder información contenida en una computadora, es porque todavía no ha entrado en el mundo digital. Las máquinas, por su naturaleza, fallan. Lo importante es estar prevenidos para que esas disfunciones no afecten nuestro trabajo.
Los materiales audiovisuales en formato digital son, hoy por hoy, mayoría en las casas de edición y producción. Por lo tanto, suelen capturarse, grabarse y manipularse a través de computadoras. Con la adopción de la tecnología como base del negocio, los estudios profesionales de video deben plantearse simultáneamente una estrategia de resguardo de la información, o backup. Aquí no sólo se trata de hacer copias manuales, irregulares e intemporales de archivos, sino de crear un plan concreto que garantice, en todo momento, que existe una versión aceptable de todos los materiales con que se está trabajando en un lugar seguro.
La construcción de una estrategia de backup abarca muchos aspectos. En primer lugar, hay que determinar la frecuencia de copia, que estará directamente relacionada con la velocidad a la que se actualiza la información. Si el estudio genera cientos de megabytes diarios, lo mejor es que cada 24 horas tenga un respaldo del material incorporado. Pero si apenas se corrigen pequeños detalles de un único video al día, la tarea puede espaciarse más.
Por otra parte, si la información es crítica para la continuidad del negocio, se recomienda hacer más de una copia y conservar una de ellas en un lugar físicamente alejado, para prevenir catástrofes como incendios o inundaciones. Por supuesto, esto es más costoso (hay que utilizar una mayor cantidad de medios de almacenamiento) y toma más tiempo (cada copia adicional tiene su demora).
Otro punto esencial por considerar es el de la recuperación de la información. Si aparece la necesidad de recurrir al backup, los datos deben poder recuperarse de manera rápida y eficiente. Si no, toda la estrategia habrá sido en vano.
De hardware y software
Desde el punto de vista tecnológico, para una estrategia de backup hay que invertir en dos elementos clave: el hardware de almacenamiento y el software de automatización y control.
El primero se refiere al soporte donde se guardarán las copias de respaldo. A la fecha, el medio más utilizado es el de cinta, en particular la tecnología DLT. Ofrecen hasta 500 GB de almacenamiento por cartucho, se pueden transportar fácilmente y tienen un tamaño muy reducido. Como contrapartida, suelen ser más caras que las otras alternativas que luego describiremos.
Si la idea es trabajar con proyectos pequeños, una alternativa económica y muy fácil de manejar es la del CD o el DVD. La limitante de estos medios de almacenamiento es su baja capacidad (700 MB por disco el primero, menos de 5 GB el segundo). Como, en general, el mundo del video y la televisión se caracteriza por sus archivos de gran tamaño, esta alternativa debería quedar prácticamente descartada, salvo para situaciones muy específicas. Otras opciones son los discos rígidos externos (más veloces que las cintas para la recuperación, pero más difíciles de transportar) o las redes de almacenamiento que oportunamente hemos comentado en Ser Digital.
El software, por su parte, ofrece funcionalidades esenciales para que la del backup sea una verdadera estrategia y no una situación de única vez. Estos productos, que abundan en el mercado, permiten automatizar la tarea de copias de resguardo, por ejemplo, de forma que todos los días a determinada hora, o todas las semanas en un momento prefijado, los sistemas generen sin necesidad de intervención humana una copia completa de los materiales seleccionados.
Por otra parte, como en todas las disciplinas "sensibles" ligadas a la tecnología, siempre es conveniente consultar a un especialista en IT para que asesore la implementación de un plan que involucre políticas, software y hardware. Porque la del backup es una estrategia que merece ser copiada.
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