Las imágenes que se capturan en video generalmente suenan. El sonido también existe, se escucha lo que se ve. Así como se escoge para la imagen un encuadre, una posición de cámara determinada, un movimiento... para la parte auditiva se escogen otros aspectos como micrófonos, grabadora y mezclador.
Según los profesionales de esta especialidad, el factor más importante de decisión para el trabajo de audio es un micrófono de calidad, que permita adecuarse a las más diversas situaciones de grabación directa de sonido.
Un buen micrófono garantiza fidelidad en la captura de sonido y no produce alteraciones si no se tiene la posibilidad —como sucede con frecuencia en las condiciones de producción de campo— de disponer de una amplia selección para diferentes aplicaciones.
Así mismo, un buen micrófono ofrece un rango amplio de frecuencias que ayuda a resolver problemas a los que se enfrentan un realizador y su sonidista cuando deben obtener grabaciones de sonido in situ.
Pruebe varios micrófonos
Hay micrófonos para aplicaciones muy específicas como grabación de voces, sonidos de ambiente o instrumentos musicales; y entre estos últimos, existen diferencias de acuerdo con las características de las frecuencias que cada instrumento produce. Además, hay disponibles micrófonos diseñados para la captura del sonido estereofónico, dinámicos, inalámbricos, de solapa, de mano y shot gun, entre otros.
Realizar pruebas con ellos y apreciar las características de cada uno de ellos pensando en el material que se quiere grabar es un buen consejo antes de iniciar cualquier tarea de sonido. Es un trabajo semejante al que se hace con la cámara para probar cada uno de sus lentes: se puede trabajar con uno sólo, pero si se tiene un juego de óptica es bueno saber para qué sirve cada uno de ellos.
No se ate a la cámara
En segundo lugar, disponer de un mezclador portátil de varios canales es una gran herramienta para este trabajo. El mezclador hace independiente en cierta medida el sonido en el momento de grabar. No se está atado a la cámara, sobre todo cuando se trabaja con equipos compactos tipo camcorder.
Tanto el operador de cámara como el de sonido pueden realizar su trabajo sin ese tipo de obstáculos. Cuando el soporte de grabación es la misma cinta de video, el mezclador es de vital importancia en tanto permite al sonidista establecer la calidad de sonido que se quiere. En este caso, la grabación no tiene una segunda opción. Cada toma es única y debe ser la mejor.
Determine el uso de la grabación
Por último, la grabadora o soporte de grabación que se elija también determina algunos resultados de calidad. Puede ser la cinta de video directamente en donde se pueden tener entre dos y cuatro canales independientes, según las características del equipo, pero también se puede hacer por separado en grabadoras de formatos DAT y MiniDisc.
Estas grabadoras en particular, capturan el sonido en forma digital, con un gran nivel de precisión cuando se trata de sonido para sincronización posterior en la sala de posproducción. Este es un factor que debe tenerse en cuenta al elegir el soporte.
Las grabadoras de formato de cinta magnética de ¼ de pulgada, siguen siendo una buena alternativa, por su fidelidad y las pocas posibilidades que tienen de fallar en las producciones de campo, especialmente en condiciones climáticas adversas. Sin embargo, se trata de equipos de mayor volumen y peso, que cuentan cuando se debe viajar con pocas comodidades.
El plano sonoro y la toma de audio son fundamentales para la construcción narrativa de lo audiovisual. Un buen sonido, tanto en televisión como en video, asegura atención por parte del espectador. Todo lo que se ve también suena; aunque sea silencio, también se escucha.
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