Latinoamérica. El largometraje «Last Call», filmado en dos tomas simultáneas de 80 minutos, fue etalonado en DaVinci Resolve Studio por el colorista y director de fotografía Seth Wessel-Estes, quien además empleó un dispositivo DaVinci Resolve Micro Panel para tal propósito.
«Last Call» narra la historia de un alcohólico suicida en el aniversario de la muerte de su hijo. Cuando intenta llamar a un número de ayuda, se comunica por error con una madre soltera que trabaja por las noches como conserje en una universidad local. Entonces, la pantalla se divide en dos para mostrar a ambos personajes mientras entablan una conversación que les cambiará la vida.
Gavin Booth no era ajeno a este tipo de proyectos, ya que había dirigido varias obras teatrales de un solo acto y videoclips filmados en una toma. Además, fue el responsable de «Fifteen», una película del estudio Blumhouse que también se grabó en una sola toma y se transmitió en directo, algo inaudito hasta ese momento. «Last Call» constituye un enfoque único de la cinematografía, similar a otros trabajos como «Timecode» y «Russian Ark», en los cuales Booth se inspiró.
Tanto Booth como el cineasta Wessel-Estes, que también se desempeñó como colorista en este proyecto, sabían que se enfrentaban a un gran desafío al etalonar una película sin cortes y con dos planos en continuo movimiento en un entorno urbano. «Determinar la forma de ajustar el color fue una tarea abrumadora», expresó Wessel-Estes. «Nunca habíamos etalonado tomas de más de tres o cuatro minutos».
Como forma de prepararse, Booth y Wessel-Estes filmaron un videoclip en una sola toma para la banda Bleu, antes de comenzar «Last Call», y desarrollaron no solo una dinámica de trabajo para la producción, sino también un proceso para gestionar una imagen en constante cambio.
«Last Call» planteó un sinfín de desafíos a la dupla, los cuales se reflejaron en la imagen final que precisaba ser etalonada. Ambos personajes se filmaron simultáneamente, vinculados a través de la llamada telefónica. Booth se encargó de uno, y Wessel-Estes del otro.
«Necesitábamos reducir la cantidad de personal en torno a las cámaras y el audio», explicó Booth. «No podía haber asistentes ni operadores de micrófonos. No había forma de ocultar a nadie ni de evitar las sombras de estos dispositivos en ninguna de las dos tomas. Tuvimos que recurrir a nuestras consolas de audio y confiar en los micrófonos de solapa del actor y la actriz».
Booth y Wessel-Estes se encargaron de las cámaras y el enfoque, mientras que el jefe de eléctricos fue el responsable de determinar la forma de aprovechar la iluminación funcional y ocultar las demás luces y los cables, ya que cada unidad acompañaba los movimientos de los personajes en su entorno. Al desplazarse del interior al exterior o de una habitación a otra, era preciso ajustar la exposición simultáneamente. Cada elemento constituía una ayuda o un obstáculo en cuanto a la apariencia final, y el equipo sabía que el plazo y el presupuesto para lograr un buen resultado eran limitados.
Con relación al aspecto del proyecto, el objetivo de Booth era mantener un estilo realista y evitar colores demasiado intensos que distrajeran al espectador del drama que viven los personajes. «Al recurrir a una toma larga para mostrar la realidad de cada uno, quisimos conservar la veracidad de los sentimientos. Si hubiéramos mejorado demasiado la apariencia, habrían perdido credibilidad. Nuestro propósito era que la audiencia se sintiera en la piel de ambos personajes y prestara atención a cada una de las palabras del intercambio».
Durante la posproducción, Wessel-Estes era consciente de que sería imposible gestionar cientos de correcciones nodales en una toma tan larga. Por consiguiente, abrió el proyecto en Resolve y empleó el módulo Edición para marcar puntos de transición en la película. «Pude dividir la línea de tiempo en varias partes que luego etaloné de manera individual. Afortunadamente, el programa me permitió realizar cambios y usar disolvencias para pasar de una sección a otra con fluidez y dinamismo».
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