Innegablemente, las Tecnologías de Información y Comunicación, TIC, han producido evidentes transformaciones, de heterogéneas particularidades, que han promovido significativos cambios en diversos escenarios de la sociedad contemporánea.
Por
Mg. Luis Fernando Gutiérrez Cano
Mg. Luis Jorge Orcasitas Pacheco
La humanidad no ha conocido un fenómeno de difusión tan rápido como el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. La celeridad de los procesos de cambio impide vislumbrar siquiera un final, que va desde la construcción de dispositivos y software hasta la expansión total en todas las áreas de la vida influyendo sobre el cambio individual y el cambio social. Así define este complejo contexto Aguinaga Roustan (2016), (p. 9).
A partir de lo anterior, distintas investigaciones académicas han encaminado sus esfuerzos en tratar de establecer las disímiles vías que transitan las TIC en la actualidad y, por su puesto, su impacto en los diferentes ámbitos de la humanidad; por consiguiente, han surgido innumerables proposiciones filosóficas y teóricas, que van desde aquellas que indican que las TIC han ido encaminado a los seres humanos hacia el determinismo tecnológico, al que parece obligada la sociedad, es decir, los seres humanos orientados exclusivamente hacia una dimensión científico-tecnológica, y aquellas que, por el contrario, plantean que las TIC modelarán un contorno social distinto, diferente al que hoy conocemos, en donde las sociedades humanas evidenciarán una especie de “mutación” hacia las “invocaciones” de las TIC, todo ello por la “seducción” que estas ofrecen (Aguinaga Roustan, 2016).
La pretensión de este artículo es ofrecer a los lectores una mejor comprensión de tan sustancial fenómeno; para ello, entrevistamos al profesor Javier Echeverría Ezponda PhD. en Filosofía y Letras de la Universidad Complutense y Doctorat ès Lettres et Sciences Humaines en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne; ha sido docente en la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad del País Vasco, entre otras universidades de Europa y los Estados Unidos. Las investigaciones y reflexiones filosóficas del profesor Echeverría se enfocan en las innovaciones tecnológicas y científicas, publicaciones que le han valido reconocimientos y premios en muchos ámbitos.
Uno de los conceptos centrales en la teoría del profesor Echeverría, se focaliza en un nuevo modelo de espacio social, que ha denominado como el “tercer entorno”, en el cual las Tecnologías de Información y Comunicación se enmarcan como facilitadores de un contexto “que difiere profundamente de los entornos naturales y urbanos en los que tradicionalmente han vivido y actuado los seres humanos” (Echeverría, 1999, p. 14).
En su texto Los señores del aire: Telepolis y el tercer entorno, ya usted analiza el impacto de las Tecnología de la Información y la Comunicación en nuestra sociedad y, análogamente, plantea que estas transformaciones no son de orden técnico sino que prefiguran la existencia de un nuevo entorno social, que se diferencia de un entorno cultural y urbano donde han venido actuado los seres humanos ¿Cómo están posibilitando estas transformaciones medios como el Internet, la telefonía móvil, la televisión, el dinero electrónico, las redes telemáticas, el multimedia y el hipertexto en nuestra sociedad contemporánea y cuáles de estas transformación destaca usted como las más visibles?
Javier Echeverría: Voy a empezar por las más invisibles, que son las más importantes, que son las militares y las financieras, de esas no se habla nunca, pues hay como una especie de silencio sepulcral en torno a ellas, pero son las determinantes, porque son las vanguardias de la innovación tecnológica y existen desde antes de Internet. Entonces, cuando yo hablo del tercer entorno, no hablo de Internet y mucho menos de la web, sino que me refiero a una idea mucho más amplia y mucho más compleja, que incluye las redes militares, a las que siempre tengo en primer lugar, puesto que son la locomotora de todo este fenómeno; luego siguen las redes financieras (debemos recordar que su presencia y su influencia se vieron en la crisis de 2008–2009), y sus consecuencias fueron pavorosas.
En cuanto a las redes científicas, ya desde el 2001 tienen su propia red, tal es el caso de la red científica europea; en ese sentido, son muy importantes porque pueden controlar la generación y la producción de conocimiento científico, y eso se logra con revistas de alto impacto, inmersas en todo un sistema de control muy desarrollado.
En su ensayo usted también habla de la cuarta red; ¿en qué consiste esa cuarta red y cómo funciona?
Javier Echeverría: La cuarta red es también invisible, pero existente y son las redes policiales que son las que controlan, desde la piratería hasta el hakeo, pero sobre todo la Deep Internet, la Internet profunda, que es donde está el núcleo duro de la resistencia de los señores de aire. Ahora bien, asimismo las redes visibles, que son las que tienen impacto en la economía, en la sociedad y en la cultura, por lo que Internet, sin dudas, es la vanguardia de las redes sociales.
Yo siempre la he definido hace muchos años como el ágora del tercer entorno. Internet es una estructura abierta a todo el mundo, entonces todo el mundo puede ver e intercambiar, y el desarrollo de la web supuso ya una primera urbanización (hablando metafóricamente), unas casas, unas fachadas (cada uno tiene su propia intranet), ya es una posición arquitectónica y, por lo tanto, de allí sale la metáfora de la ciudad; y ya hoy en día, a partir de 2004–2005, las más visibles son las redes sociales, que no existían cuando yo publiqué mis libros.
¿Cuáles son entonces esos “señores del aire” que usted señala?
Javier Echeverría: Google es sin duda el gran señor del aire civil, vamos a llamarlo así, eso es real, y más recientemente Facebook, Apple, Twitter, Amazon e Instagram. ¿Qué sucede? Estas empresas son muy recientes, tienen aproximadamente 20 años y ya son las principales empresas del mundo, y sorprendentemente, totalmente gratis, esto es una magia con otra. Un economista tendrá que explicar cómo ofertando un producto costosísimo, totalmente gratis, se hacen los más ricos del mundo, una nueva modalidad de capitalismo que los economistas no han teorizado, hasta ahora.
En resumen, el capitalismo ha evolucionado y se ha apropiado del tercer entorno a través de militares, financieros y estos señores del aire que ya han controlado el ágora del ese tercer entorno.
¿Cuáles son las componentes que singularizan este tercer entorno tecnológico y que permiten fijar sus características?
Javier Echeverría: Como matemático de formación, para mí la clave es que la estructura topológica y métrica del tercer entorno es diferente de la estructura topológica y métrica del primer y segundo entorno. En el primero, nuestras relaciones como seres humanos se hacen por aproximación, por contacto, pues estamos a corta distancia, somos vecinos, la vecindad del prójimo y, por lo tanto, la proximidad y la corta distancia son la base de la relación entre las personas, los objetos, las cosas.
En el tercer entorno, mientras tanto, su topología permite las relaciones a distancia, porque esta no está basada en recintos con frontera de interior y exterior, sino que es una topología reticular, donde esas nociones no son relevantes, lo importante son las interconexiones entre las redes, es decir, es una topología que se estudia mediante teoría de grafos, hay mecanismos matemáticos para estudiarla, pero no mediante figuras geométricas ni mediante gráficas, sino que requiere otra semiótica, otro lenguaje, un lenguaje científico especifico, yo lo llamo tecnolengua, como sistema de comunicación, de memoria y de conocimiento, implementado tecnológicamente por el sistema TIC.
¿Cuál es el impacto de las tecnoleguas que usted menciona?
Javier Echeverría: La evolución de las tecnolenguas me parece clave; de ahí, vemos el momento en el cual las tecnolenguas ya se consolidan y surge en concreto el HTLM 5.0 (lenguaje básico de la World Wide Web), que es el que permite, por ejemplo, la geolocalización de los Smartphone. Es allí cuando me remito, asimismo, al mito de la caverna de Platón, por eso es tan fascinante este tercer entorno y que, además, se ofrece gratuitamente; ¿por qué?, porque es un elemento de control que experimentan los usuarios de Internet y de estas tecnologías.
Esta es mi fuerte posición, que mantengo absolutamente desde 1999, incluso creo que eso se ha agravado: antes había millones de consumidores productivos (los trabajadores y los proletarios, por ejemplo), las redes no tienen consumo productivo, me explico: en estos momentos, solo Facebook tiene dos mil trescientos millones de personas que trabajan para él, sin cobrar nada, pero produciendo datos, información e imágenes, pero vía Facebook, es algo increíble. Ahora bien, también podemos advertir que, para los jóvenes nativos digitales, este es su panorama nativo y como todos los jóvenes, van allí y, desde esa óptica, es comprensible que estén allí, pues hay que socializar.
¿Cómo explica fenómenos como la nube y el almacenamiento de datos, entre otros, como formas que representan entornos tecnológicos tendientes, tal vez, a la dominación y manipulación de pensamiento y comportamiento humano?
Javier Echeverría: La metáfora de la nube es una metáfora bien buscada de marketing conceptual. La nube es una “granja” y “fábrica” de datos, de datos de las personas (tecnopersonas), costosísima energéticamente y que solo tienen grandes empresas transnacionales como Apple o Facebook, entre otros. Estas “granjas de datos” están en lugares que consumen una excesiva electricidad; por ejemplo, el 50% de la factura energética de todo Noruega la generan las tres o cuatro nubes que los señores del aire tienen allí); además, la energía que consumen estas nubes es bastante contaminante a nivel planetario.
¿Cómo analiza usted el ecosistema ecológico del tercer entorno?
Javier Echeverría: En mi libro yo ya decía lo importante que es la ecología del tercer entorno, o sea, allí también hay una ecología, por ser, propiamente dicho, un sistema social y no un conjunto de herramientas o de instrumentos. Hay que pensar en términos ecologistas; por ejemplo, ahora están de moda en el tercer entorno, las fake news, que son puro ruido, contaminación; por ello, hablar del tema ecologista en el tercer entorno, ideológicamente hablando, sería utilísimo.
A propósito de lo anterior, en un mundo que apela más a las innovaciones tecnológicas como elementos diferenciadores desde lo político, lo económico, lo social y lo cultural, ¿en qué lugar queda la innovación social, especialmente en regiones en vías de desarrollo como América Latina?
Javier Echeverría: La teoría de la innovación social surge desde el año 2003 en Canadá, y en 2006 y 2007 llega a Europa por la Gran Bretaña, aunque la innovación siempre ha sido asociada históricamente a lo tecnológico y empresarial, ese es el canon: innovan las empresas; sin embargo, la innovación social, también surge de la propia sociedad, de las comunidades, de los barrios, de las ONG, de los pueblos indígenas, etc., que, en un momento dado, generan valor social, puesto que hay cosas que son valiosas socialmente.
La innovación tecnológica, rompe los equilibrios en los sistemas tecnológicos, y la innovación empresarial, rompe los equilibrios en los mercados; la social, para que sea innovación, debe ser transgresora y transformadora. Y esta es mi postura frente a la innovación social, para otros no; para otros, cualquier cosa nueva es una innovación, pero la novedad no es lo mismo que la innovación. La innovación ha de ser valiosa, nueva y, como dije anteriormente, transformadora, esas son las tres condiciones.
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