Algunos pesimistas sobre el futuro de la televisión auguran que la TV tal cual como la conocemos desaparecerá debido a las nuevas formas de distribución y consumo de contenidos.
Si bien es cierto que cada vez hay más plataformas que brindan servicios de video bajo demanda, como Netflix, y canales de pago que lanzan aplicaciones para dispositivos móviles a través de las cuales se puede acceder a sus contenidos de manera exclusiva, entre otras opciones, la mayoría son casos importados.
¿Cómo estamos en América Latina? He tenido la oportunidad de hablar con varias empresas proveedoras de plataformas para distribución de contenidos online, y la opinión fue la misma, en América Latina estámos atrasados en este tema.
Si bien es cierto que hay interés y cada vez son más los profesionales de la industria en la región que preguntan y buscan información sobre este tipo de soluciones, en la práctica sólo algunos canales han adelantado proyectos de este tipo.
Las razones por las cuales se presenta esta situación son variadas: falta ganas de explorar, de intentar nuevas formas de llegar al consumidor, de dinero, o simplemente por querer esperar a que otros experimenten para después copiar un modelo exitoso.
Sin duda este es un tema que pronto tendrán que abordar los canales y productoras de América Latina, si desean seguir vigentes ante la audiencia más jóven que ha cambiado su forma de consumir los productos audiovisuales. Los costos asociados a las nuevas plataformas para distribución de contenidos y para su difusión en redes sociales ya deben ser parte del costo general de una producción y no un gasto adicional, puesto que se han convertido en un complemento a la TV tradicional y no su mentado reemplazo.
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