En esta primera edición de 2009 de TV y Video presentamos un tema que nunca habíamos tratado y esperamos que se convierta en algo más frecuente en nuestra revista y portal: la responsabilidad de la industria de la televisión sobre el medio ambiente.
El tema de la protección ambiental cruza todas las actividades empresariales, desde la gran idea de los ejecutivos bancarios de ahorrarse unos pesos al no imprimir nuestros extractos y la de los hoteles de no lavar las toallas diariamente, hasta las enormes inversiones que hacen los transportadores de petróleo en buques de doble quilla para evitar derrames en el mar.
Tradicionalmente, la industria de la televisión no ha sido cuestionada en este aspecto y muy pocos básicamente los fabricantes de baterías- se han preocupado por las incidencias ecológicas de sus actividades. En cambio, desde la televisión hemos denunciado sin clemencia la contaminación que producen otras industrias. Cabe anotar que la industria del petróleo frecuente objeto de nuestras críticas es la que más invierte en protección ambiental. Esto es obvio por la responsabilidad que le atañe debido a los grandes daños causados por derrames y emisiones no controladas.
Pero es hora de evaluar los alcances de nuestras acciones y asumir la responsabilidad que sobre ellas nos tocan. Somos una industria que consume grandes cantidades de baterías, lámparas cargadas de elementos nocivos, toneladas de productos electrónicos que a los pocos años se vuelven obsoletos, y enormes cantidades de energía. Estamos lejos de ser una industria verde.Es necesario tomar medidas para mitigar los efectos de nuestras actividades profesionales en el ambiente que nos rodea. Debemos buscar mecanismos para desechar de manera inteligente las baterías y lámparas, reducir la cantidad de energía que consumimos (la cuenta mensual de electricidad nos mostrará que esto es buen negocio) y ser muy cuidadosos en las producciones exteriores.
No deben repetirse experiencias de algunos realities, que llegaban a alguna isla virgen del Caribe y dos meses después, al salir, dejaban un impresentable legado de devastación, basura y construcciones abandonadas.
Hace unos días, un lector me escribió diciendo que el cuidado del medio ambiente, en nuestro trabajo y en nuestro hogar, debe convertirse en un hábito como cepillarse los dientes tres veces al día. Es importante que en todas las empresas, la política ambiental sea generada en las esferas más altas de la dirección, ya que si están en personal de mandos medios, al momento de evaluar los costos que esto genera, se darán recortes, dice Ángel Castillo.
Nuestros periodistas seguirán buscando casos de contaminación en otras industrias y los canales de variedades presentarán documentales sobre la destrucción de la capa de ozono y las emisiones de gases que producen efecto invernadero. Pero esto debe hacerse en una constante búsqueda de metodologías de producción más limpia.
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