Las diferencias entre los niveles de audio de los canales de televisión constituyen un problema frecuente entre los diferentes operadores privados multicanal, donde un mayor número de canales involucra igual número de diferencias de audio. Este problema ha sido afrontado por distintos métodos tradicionales, que incluyen el uso de sistemas de control de picos y volumen, que a pesar de sus esfuerzos tienen limitaciones dadas las particularidades de la percepción de los televidentes. Para resolver este lío, Dolby creó y propone la utilización de LeqA.
Aunque no es un método totalmente nuevo, LeqA –un sistema de medición y control de audio a través de un algoritmo–, asemeja la forma de escuchar de los espectadores.
¡Y vaya que es necesario! Para la muestra, en un reciente estudio realizado por los laboratorios Dolby en Europa logró medir diferencias de audio de hasta 17 decibelios entre los distintos canales. Aquí basta recordar que variaciones de 3 dB son bastante notables para los oyentes, mientras los de 10 dB son casi el doble, según los estudios sobre ruido ambiental de la Comisión de Compatibilidad de Sonidos O’ Hare.
Las razones para estas deficiencias en la homogeneidad del sonido indican que en realidad existen pocas herramientas para que los operadores de televisión manipulen los productos ya terminados que llegan a sus manos. Productos que, dicho sea de paso, vienen de numerosas fuentes y de diferentes tecnologías –análogas y digitales–. Otro factor es el precio, que ha hecho que sistemas de transcodificación sean una opción popular en la industria.
Las ventajas de este sistema –el uso de transcodificadores– estriban en que eliminan la necesidad de incluir dispositivos de codificación y decodificación, con la consiguiente ventaja de costo, pero a su vez implicando limitaciones en el control del audio.
Estas limitaciones se complican por la diversidad de volumen de los comerciales, que muchas veces es mayor que el de los programas transmitidos –como consecuencia de sus sistemas de compresión de audio–, resultando que esta misma pieza televisiva tendrá un volumen diferente del resto de la programación.
Como si fuera poco, la relatividad del sonido constituye otro inconveniente, pues este es sicológico y depende de muchos factores, que van desde el ruido del medio ambiente hasta el estado de ánimo del oyente, por lo cual resulta difícil juzgar qué tan alto es el volumen de algo. Sin embargo, existen estándares que aunque no resuelven en su totalidad los problemas, dan algunos parámetros.
Para ayudar en esta tarea, Dolby elaboró un método llamado "Inteligencia de diálogo" (Dialogue Intelligence) que emula la forma de oír humana, seleccionando porciones de diálogos, en la transmisión, y usándolos como una medida para ayudar al sistema de control de audio de una manera más eficiente. Esta tecnología está presente en los equipos de medición de sonido LM100, que captan las diferencias de sonido entre canales para dictaminar una homogeneidad de audio entre los mismos.
Un poco de historia
Leq, en sí, es un sistema de medición usado para determinar el promedio de intensidad de un sonido durante un período determinado, y ha sido usado con éxito en el cine. Como recuerda un estudio de John Couling para los laboratorios Dolby: "El problema de la gran pantalla hace un par de años, era la gran variedad de sonidos de los diferentes reels expuestos en los teatros y aunque en un comienzo se usaron sistemas de alineación de picos, estos se quedaron cortos, más teniendo en cuenta el manejo de varios canales de audio que implicaba cada pieza".
Por eso la industria fílmica, en equipo con Dolby, creó Leq(m) como un sistema estándar de medición del sonido, que fue adoptado rápidamente por diferentes fabricantes de equipos de la industria y se convirtió en un estándar que solucionó el caos sónico reinante.
Leq(A) viene ahora con los mismos objetivos, gracias a su tecnología que permite un sondeo acústico más creíble que los modelos actuales. Debemos tener en cuenta que ambos estándares presentan varias diferencias en su sistema de medición de longitudes de onda, pues mientras Leq(A) está diseñado para medir respuestas de frecuencia de niveles de conversación normales, el Leq(m) fue creado con los niveles de audio de proyección fílmica, buscando determinar cuándo una señal es molesta para el espectador.
Diseñado para responder a las necesidades de la televisión Dolby, también implementó un sistema de control de señales llamado Dialnorm (por la sigla de Dialog Normalization).
Para entender cómo funciona el Dialnorm es conveniente recordar que los estándares impuestos por la FCC en los sistemas de sonido NTSC incluyen una gran pérdida de sonidos de alta frecuencia y pérdidas drásticas del rango dinámico del sonido. Ante esto, Dolby incluyó numerosas tecnologías para combatir las deficiencias del sistema, como el Digital Perception Coding y el Dynamic Range Control (DRC), que le permiten al operador escoger el grado de compresión deseado.
En cuanto a un mecanismo para asegurar la uniformidad del audio, Dolby se vio en una encrucijada, pues si bien podía crear un volumen fijo, la falta de consenso acerca de una medida única le abrió la puerta al Dialnorm, que usa un rango variable de sonido entre -32dBFS y -1 dBFS, para los diálogos, con un sistema de medición Leq(A). Este sistema era perfecto mientras el valor del Dialnorm de cada programa era proporcionado a cada decodificador.
Pero la puesta a punto de Dialnorm no es tan fácil como lo argumenta etvcookbook.org, website que obedece a un esfuerzo de distintos operadores estadounidenses de televisión, argumentando la falta de herramientas de medición Leq(A) en los operadores locales de televisión, en contraste con los siempre numerosos sistemas PPM y VU.
Otro punto es la subjetividad de Dialnorm, pues para su funcionamiento se escogen porciones de diálogos y se deja el volumen de los shows musicales a criterio del operador. Además, para la configuración del Dialnorm es aconsejable el uso de ambientes controlados de escucha, pues se busca que el oyente no tenga que alterar el volumen de su equipo receptor cuando cambie de canales, exigiendo tiempo y personal capacitado que opere estos equipos. Además, Dialnorm requiere el uso de sistemas compatibles con metadata y, como es bien sabido, actualmente muchos operadores poseen equipos, librerías de casetes y servidores, incapaces de trabajar con este sistema.
Aunque diversos operadores han tomado medidas efectivas y locales en su forma de combatir el audio, el uso de estándares es un paso necesario que requiere inversión y personal calificado que instale soluciones para lograr que el audio se convierta en un problema del pasado.
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