Al cumplirse diez años de la primera visita de TV y Video al show de NAB, hemos querido echar un vistazo a los cambios registrados en la más importante feria de la industria. Este evento se comporta como un termómetro de la evolución tecnológica del sector y en diez años hemos podido ver cambios muy significativos.
El más importante de ellos ha sido, por supuesto, la incursión y afianzamiento de lo digital en todos los procesos de la industria. Han sido diez años de asombro e innovación.
1995
En aquella época la multimedia acaparaba toda la atención y se hablaba de las consecuencias que la era digital traería para la industria, cuya base era lo análogo, y la palabra CD-ROM era una novedad que sorprendía a muchos. Curiosamente, ya se vislumbraba la televisión interactiva y se pronosticaba una batalla de los operadores de cable con las telefónicas y con los programadores de señal para televisión. Por supuesto, se compelía a los productores latinoamericanos a empezar a hacer el cambio a lo digital.
Los equipos especializados para el tráfico y transmisión de televisión y las estaciones de noticias fueron los más buscados durante esa feria, así como los servidores y recursos de almacenamiento. Los principales avances en graficadores se encaminaban con decisión a mejorar la velocidad de procesamiento.
1996
En 1996 la tendencia digital se había impuesto y se registraba la oferta de múltiples productos para la creación de animaciones y edición. La introducción al audio y al video digital se encontraba entre las principales conferencias, junto con las de multimedia, que continuaba a la orden del día. Las acompañaban otras sobre administración de televisión y regulación para broadcasters. Un solo comentario fue constante: los precios del software y del hardware aún difícultaban la transición hacia lo digital. Además, existía cierta sospecha sobre las ventajas de lo digital y flotaba en el aire alguna nostalgia por una etapa que se cerraba.
1997
Si las dos anteriores ferias habían sido una ventana hacia el futuro de la producción de televisión y video, en 1997 ya estábamos en ese futuro. La sensación de abismo ante la novedad de lo digital comenzó a desaparecer y, por el contrario, la ansiedad por conocer qué habría de nuevo sobre el tema era generalizada. La palabra multimedia hacía parte del vocabulario involucrado con la industria y se realizaba por segunda vez consecutiva una serie de seminarios exclusivos sobre ella, que concluían con una exposición dedicada a productores de hardware y software. Las dudas sobre la edición no lineal habían desaparecido y no era raro encontrar editores lineales, como tampoco lo era la gran oferta de Sony, Panasonic, JVC o Hitachi, en cámaras para procesamiento digital de las imágenes, que aún incluían características análogas.
1998
En 1998 la era digital se había impuesto y lo que tres años antes era una novedad, en ese momento surgía como una exigencia: la FCC había establecido que, para 2006, la mayoría de operaciones comerciales de transmisión de televisión en Estados Unidos debía estar completamente digitalizada y se miraba hacia América Latina de la misma forma imperiosa. El show NAB surgía como el escenario donde se trazaba el camino hacia esa meta. "Analógico" era un término cada vez menos frecuente y surgía como eco de un pasado remoto.
El furor por la multimedia disminuyó y en cambio tomó fuerza el concepto de HDTV y la compresión de video digital, como una opción acorde con las necesidades de los teledifusores obligados a implementar sistemas de televisión digital en un tiempo récord. Las plataformas propias, guardadas con celo por algunas empresas, perdieron fuerza ante el empuje de los formatos estándar y dieron paso a la integración con equipos de otros fabricantes.
Por último, nuevos jugadores entraron a competir por el mercado de la producción de la televisión y el video. Empresas como Microsoft y Adobe, vinculadas con otros sectores, presentaron programas para composición y edición de imágenes y para edición no lineal.
1999
En vísperas del nuevo milenio, el objetivo en la industria era claro: digitalizarse. Sin embargo, quienes habían decidido finalmente a hacer el cambio, tuvieron que considerar también la producción en HD.
Sony, Avid, Discreet, Snell & Wilcox, Leitch, Panavision y Quantel, entre otros, estuvieron allí para presentar sus productos, que soportaban 24 p, el formato de video para la producción de cine digital en HD. Cámaras, sistemas de edición no lineal, sistemas para gráficos y efectos, switchers, convertidores y soluciones de almacenamiento fueron lanzadas, y el MPEG2 surgió como la salida para manejar en memoria y para transmitir el nuevo formato.
Pervivía, sin embargo, la inquietud de años anteriores: ¿valía la pena adoptar las nuevas tecnologías y formatos cuando, para entonces, la mayoría de consumidores manifestaba estar contenta con sus equipos VHS? Este interrogante cobraba aún mayor fuerza cuando el video de definición estándar podía manejarse, cada vez con mayor facilidad, en estaciones basadas en Windows NT.
Por cierto, los sistemas de escritorio amenazaban desplazar a las grandes consolas de posproducción, y Microsoft con su sistema operativo se impuso como su plataforma de facto.
2000
Los sucesos de los últimos años han difuminado las fronteras entre la producción de televisión y video, y los desarrollos relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones. "Convergencia" surge como una forma de explicar por qué al lado del stand de Sony, una empresa tradicionalmente vinculada a la industria, no sorprende encontrar el de Adobe, cuyas raíces se hallan en la industria de la computación y las artes gráficas. He allí la razón para que la feria haya adoptado como lema "The Convergence Marketplace" en 2000 y durante las siguientes dos versiones.
Si la pregunta en las versiones anteriores giraba en torno a la pertinencia de adoptar los nuevos formatos y tecnologías costosas, en esta ocasión el interrogante era el espacio que debían ocupar los profesionales de la televisión y el video en la industria, teniendo en cuenta que, como afirmaban algunos, NAB comenzaba a parecerse más a una feria sobre internet que sobre broadcast.
Pero como el show debía continuar, los temas "tradicionales" de la industria también tuvieron respuestas a pesar de la existencia de al menos 18 diferentes formatos de transmisión de HD.
2001
Para abril de 2001 la economía mundial estaba en recesión, la burbuja especulativa de internet ya había explotado y sus sobrevivientes acudían junto con los profesionales de la industria a una nueva versión de NAB, aunque con menos euforia sobre las posibilidades del IP. Si bien las circunstancias generales no parecían favorables, estas ayudaron a que expositores y visitantes llegaran con productos y objetivos más definidos. Sí, 2001 no fue el año de los grandes anuncios y novedades sorprendentes. Fue un año calmado, donde se pudo apreciar qué tan realistas eran los propósitos sobre la adopción "inmediata" de la DTV y la producción en HD; se vio entonces la necesidad de llegar acuerdos más o menos comunes sobre formatos, codificadores, resoluciones y otros. La introducción de todo ello era posible y de hecho estaba en marcha, pero mucho menos rápido de lo esperado.
2002
Cómoda e ineluctablemente sentados en la silla de la televisión y el video digital, los profesionales de la industria contaban ya con las herramientas y la distancia para analizar, criticar y proponer hacia dónde se debería dirigir la industria de ahora en adelante. Los debates entre la FCC y la NAB sobre la migración del sistema de televisión estadounidense hacia la norma ATSC de televisión digital, son una buena prueba de ello.
Por otra parte, las novedades lanzadas en el show NAB de ese año sorprendían a los visitantes de una manera distinta a como lo hacían en su versión de 1995. En esta ocasión, el asombro era motivado por el conocimiento y la necesidad de encontrar, ahora sí, productos y soluciones que incrementaran su capacidad competitiva. Los bastonazos de ciego de aquella no tan remota época de 1995, fueron remplazados por el caminar de avezados profesionales que conocían los productos y sistemas, y querían ver qué nuevas mejoras podrían facilitarles su quehacer.
Mejoras en soluciones para edición no lineal, graficación, almacenamiento, intercambio de material digital, transmisiones terrestres, aéreas y satelitales y otras fueron una constante, así como las desarrolladas para dinamizar los flujos de trabajo de producción de noticias, en especial. Y como hecho curioso, entre los productos presentados había sistemas para la restauración de cintas y películas.
Quizá lo más relevante fue la continua reducción en el costo de los equipos y soluciones para cada uno de los procesos de la industria.
2003
¡Muerte a la cinta! parecía ser el lema de los principales fabricantes de cámaras durante NAB 2003. Y es que en una industria donde todo cedía al paso de la digitalización, la cinta aún se resistía a desaparecer. Sony y Panasonic presentaron alternativas a la adquisición de video con cinta que prometían cambiar el flujo de trabajo de operaciones ENG.
Pero las cámaras no fueron la única novedad para la producción de noticias. El protocolo MOS, una iniciativa de varios fabricantes de la industria, fue presentado operacionalmente este año. El proyecto buscaba la manera de conectar diversos sistemas electrónicos de noticias y dispositivos de medios de varios tipos. Esto marcaría una pauta a los fabricantes y les permitiría a los broadcasters seleccionar el sistema de noticias, los dispositivos de almacenamiento de archivos y sistemas de edición de manera independiente.
La evidencia de los hechos hizo que la convergencia fuera una actitud asumida y, por tanto, el lema cambió a "La feria más grande de medios electrónicos".
2004
El año pasado la feria trajo para la industria la consolidación de lanzamientos hechos durante la versión 2003, como las cámaras sin cinta y las soluciones para flujos de trabajo digital. Ante el primero, los asistentes se preguntaron cuál sería el sistema de adquisición de imágenes que se impondría –óptico, de estado sólido o de discos duros–. Y frente al segundo, apuntaron la necesidad de estándares en los flujos de trabajo en procesos como la corrección del color o la compatibilidad entre equipos.
Pero, sin duda, lo más importante fue la omnipresencia del HD. Por ejemplo, en el campo de la edición no lineal, todos los desarrolladores incorporaron a sus productos la capacidad de trabajar archivos HD. Dentro de esta tendencia, se destacó el lanzamiento de Final Cut Pro HD, de Apple.
2005
Para este año, la existencia en el mercado de diferentes dispositivos con capacidad de entregar contenido, seguramente cuestionará a los asistentes sobre la evolución que deberá tener su modelo de negocios. El streaming de video por internet, la recepción de clips en teléfonos móviles, la transmisión de señales a través de redes IP y otras, son hechos que con seguridad no pasarán inadvertidos y serán motivo de comentarios y debates. La situación no carece de importancia, pues de la mano de estas tecnologías, nuevos jugadores han incursionado y compiten por ganarse un mercado cada vez más jugoso.
Parece que la ruta más clara para las operaciones tradicionales de televisión, es la de convertirse en proveedoras de contenido para transmitir, no importa el medio.
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