Peso, balance y control
La Z1 tiene buen balance y es fácil de llevar, pero su forma
dificulta el uso al hombro. Me llamó mucho la atención
ver que después de jugar un rato con ella los camarógrafos
profesionales tienden a operarla a la altura del pecho, sosteniéndola
por debajo con la mano izquierda, con excelentes resultados en
movimientos difíciles. Evidentemente, sería posible usarla al
estilo palmcorder, llevando la mayor parte del peso en la mano
derecha
pero hablamos de algo más de 2 kg, suficiente para
cansar pronto a cualquier ser humano normal. Sin embargo, con
algo de práctica pueden obtenerse buenos resultados repartiendo
el peso entre los dos brazos.
Aunque al principio la posición del control del iris resulta algo desconcertante, los demás controles están ubicados en posiciones fáciles de alcanzar, son bastante precisos y pueden manipularse sin afectar el balance significativamente. Los servos del lente son muy interesantes, pues su velocidad puede ajustarse y es posible programar movimientos de lente sin retirar el rostro del viewfinder. Resulta también interesante la disponibilidad de controles de zoom y grabación en la parte superior de la manija, lo cual facilita mucho la operación de la cámara desde arriba.
El desempeño del lente es muy interesante. El anillo de foco tiene un feeling muy particular, pero es bastante preciso de cualquier manera, resulta parecido al de un lente convencional.
Además de un generador de patrones de peaking la Z1U incluye una interesante ayuda de foco: un botón que expande la parte central de la imagen y permite enfocar con mayor confianza. Este es un uso realmente inteligente de la misma circuitería que soporta el aborrecible sistema de zoom digital que aqueja a la mayoría de camcorders para consumidores.
Los servos del lente son dignos de una mención especial: el desempeño del iris automático es sencillamente espectacular. Lo mismo puede decirse del control del zoom, que ofrece paradas muy precisas. Sin embargo, un examen detallado del lente muestra la importancia del mantenimiento preventivo a estos mecanismos, pues hay un par de entradas obvias para el polvo y otros contaminantes.
La posición de los controles del menú, la ganancia de audio y los ajustes de imagen son discutibles, pero su ubicación viene dada por la arquitectura de la cámara. Sin embargo, la posibilidad de asignar funciones a los botones programables del lado izquierdo minimiza los inconvenientes.
En general, la cámara se comporta muy bien y es evidente que su diseño viene dado fundamentalmente por las necesidades del operador. Pero hay un consenso entre quienes probamos la cámara: el primer accesorio que hay que adquirir para acompañar una HVR-Z1U es un grip de hombro. O un monopod. Sus brazos lo agradecerán.
Transporte
El transporte de esta camcorder es exactamente lo que se podía
esperar: un conjunto de piezas minúsculas extremadamente
delicado. Sin embargo, su desempeño es muy bueno. El hecho de
registrar señales HD no lo hace necesariamente más complejo,
pues de cualquier modo la tasa de datos de un flujo HDV es muy
similar a la de un flujo DV de 25 mbps en este sentido, la
diferencia esencial está en los componentes electrónicos.
El mecanismo responde muy bien a los movimientos bruscos, es muy rápido para atrasar y adelantar cintas (con un desempeño comparable al de algunos decks DV de gama media). El tiempo de respuesta para cada arranque de grabación es bastante razonable, especialmente si consideramos que para efectos prácticos, cada empate es un ensamble con continuidad casi perfecta de base de tiempo. El punto flojo puede ser la fragilidad del carro que recibe el casete, que podría deformarse fácilmente con la presión de los dedos de un operador impaciente pero eso es inevitable con cintas de este tamaño. Todo es cuestión de acostumbrarse, supongo.
Otro punto en contra es el ajuste de la tapa que protege el mecanismo de carga del casete. Cuando esta tapa está cerrada no sella el compartimiento y el polvo entra con facilidad después de un par de días en exteriores, los depósitos de contaminantes eran claramente visibles en el interior de la cámara. Preveo un futuro próximo en el que muchos usuarios recurrirán a la ubicua cinta de enmascarar para sellar mejor este compartimiento y así luchar contra los dropouts.
Una de las pruebas que hicimos fue someter la cámara a cambios bruscos de temperatura y pasó exactamente lo que tenía que pasar: la máquina no quiso arrancar cuando se produjo condensación. Esto implica que hay un sensor de humedad en el interior del compartimiento, lo cual es muy bueno. Sin embargo, aparte de la alarma genérica no encontramos un testigo que nos informara el carácter del problema. Todo volvió a la normalidad unos minutos después, pero un operador sin experiencia podría confundirse fácilmente en estas circunstancias.
y grabación
Las cámaras HDV de Sony registran señales 1080/60i, compatibles
(en banda base) con la mayoría de equipos HD del entorno
broadcast. De hecho, es posible transferir el material HDV a
grabadoras Sony HDCAM o Panasonic D5. Esta opción tiene las
ventajas y desventajas propias de las señales entrelazadas:
seguramente será más difícil implementar procesos de
tape-to-film con material grabado en una Z1U
pero es muy
sencillo obtener un downconversion de alta calidad a PAL o NTSC.
Sony apostó por el mundo del video, y tengo que decir que los
resultados son bastante buenos.
Hacia el final de nuestras pruebas decidimos someter las cintas y el transporte a una prueba de tortura. Configuramos la cámara para grabar en HDV, tomamos los últimos 90 segundos de una cinta DVCAM nueva y empezamos un ciclo continuo de grabar-reproducir-rebobinar hasta que empezamos a encontrar defectos visibles en la grabación lo cual ocurrió después de 17 ciclos. Al repetir la prueba con una cinta MiniDV especialmente diseñada para grabar en HDV, empezamos a encontrar fallas esporádicas después de 32 ciclos, y un daño obvio de la cinta en el ciclo 41.
¿Conclusión? Sony está haciendo las cosas muy bien con las cintas que recomienda para grabar en HDV. Comentario importante: un dropout en HDV tiene resultados catastróficos: la naturaleza misma de la compresión MPEG-2 provee excelentes recursos para ocultar errores menores pero cuando el daño es más grave, encontramos un congelado de 15 cuadros porque cada GOP de los flujos HDV tiene 15 cuadros.
Respecto a grabación, no hay mucho más que decir: el material suena bien y se oye bien. Al revisarlo en un televisor LCD de alta definición, el resultado es muy agradable a la vista: la resolución aparente es altísima, con excelente rendición de detalle y agradable en cuanto a color, aunque sigue teniendo look de cámara pequeña. Esto es difícil de explicar, pero así son las cosas: tenemos que acostumbrarnos a que la resolución aparente (y la definición efectiva) no son los únicos valores del video que hay que tomar en cuenta en la era del HD.
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