A veces la tecnología aporta herramientas obvias, necesarias, pero que por tener alguna alternativa con capacidades similares terminan siendo poco conocidas y prácticamente nadie las usa.
Es el caso de los productos de software pensados para guionistas. Los procesadores de textos permiten escribir guiones, por supuesto. Sin embargo, existen algunas características de formateado en el universo de las palabras que se escriben para televisión, cine o video
No son muchas las personas que saben que existen procesadores de textos especiales para guionistas, que incluyen diversas características especiales para ayudarlos con su trabajo y que incorporan una gran cantidad de formatos estándares para que no haya que alinear, encolumnar, separar escenas o paginar a mano.
El más conocido de estos productos es el Final Draft, desarrollado por la empresa homónima. ¿Qué puede hacer un producto de estos por el guionista? Muchas cosas. Por ejemplo, guarda un registro con los nombres de los personajes, las locaciones, los encabezamientos de escena y otras cosas repetitivas. De esta forma, basta con tipiar una o dos letras para que aparezca el texto completo que se quiere escribir. Otros beneficios son las herramientas para generar revisiones, dejando claramente marcados los cambios y la paginación automática, que formatea las continuaciones de escena sin necesidad de tocar nada. Incorpora templates y settings para que no haya que pensar todo desde cero (una ayuda muy importante en particular para aquellos que recién ingresan en estas lides) y maneja conceptos de producción, como numeración de escenas, páginas A y B y revisiones múltiples.
Entre sus características técnicas se destacan su capacidad de importar archivos de texto de los procesadores más comunes del mercado y la posibilidad de exportar el material a diferentes formatos, incluyendo el estándar PDF. Imperdible el text-to-speech, una funcionalidad que lee el guión completo asignándole una voz diferente a cada personaje.
¿Es realmente necesario?
Aquellos amantes del viejo Word, que gustan golpetear las teclas Tab, armar tablas y columnas y correr con la barra espaciadora hasta que los textos queden alineados y en su lugar pueden preguntarse si realmente es necesario contar con este tipo de software.
La respuesta está ligada directamente al volumen de texto que escriba cada profesional. Los "guionistas seriales" pueden sacar provecho a una herramienta así para maximizar su tiempo. También los que producen mucho material en video y que necesitan generar pequeños guiones para ellos pueden ver alguna utilidad en este software. Los guionistas que trabajan en grupo tienen muchas ventajas con esta herramienta, como las capacidades de trabajar en línea con un mismo guión al mismo tiempo, de compartir los textos o de hacer revisiones rápidas o comparaciones de guiones completas en segundos. También tiene herramientas de colaboración, para que diferentes profesionales puedan chequear un texto en conjunto en tiempo real a través de internet.
Pero lo cierto es que si se va a escribir un guión por única vez o si se realiza esta tarea con muy poca frecuencia, quizás no se justifica la inversión. Si no se le da un uso intensivo, hasta puede ser más el tiempo que se emplea en aprender a utilizar el software (aunque, valga la aclaración, suelen tener una interfaz gráfica bastante intuitiva) que el que se gana gracias al formateo automático y las otras características funcionales mencionadas.
Algunos profesionales afirman que han reducido su tiempo de escritura de guiones considerablemente utilizando este tipo de herramienta en lugar de un procesador de textos habitual. Tiempo ocioso que puede emplearse para generar una mejor trama...
Lo que seguramente no puede hacer este tipo de software es evitarnos los disgustos que nos damos a menudo cuando vamos al cine y tenemos que "soportar" películas con guiones terribles. Pero al menos, con seguridad, estuvieron prolijamente presentados.
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