Las librerías musicales: economía vs originalidad

Desde hace más de quince años existen las librerías musicales, servicios ofrecidos por empresas productoras de temas musicales que venden sus producciones, incluyendo las respectivas licencias y derechos de autor, para ser utilizadas en la industria audiovisual, los estudios de grabación, las instituciones educativas, las agencias gubernamentales o los departamentos audiovisuales de empresas y entidades públicas o privadas.

Dichas empresas están en el negocio de la creación y representación de una gran variedad de productos y servicios que incluyen desde producción musical, efectos de sonido, clasificaciones de colecciones privadas hasta herramientas de software para sistemas de audio.

Según su información promocional, cuentan con grupos creativos que incluyen compositores musicales de tiempo completo, arreglistas, productores e ingenieros de sonido. Además, contratan consultores y expertos en leyes relacionadas con derechos de autor y licencias musicales.

En cuanto a las opciones que ofrecen, tienen todo tipo de música que puede ser utilizada para acompañar temas de negocios, identificaciones deportivas, comerciales de radio o de televisión. Brindan también alternativas de tratamiento para producciones contemporáneas, estilos de comedia, música ligera o temas totalmente orquestados.

Actualmente, con el auge del Internet, están aún más al alcance de realizadores y productores de televisión. Empresas internacionales como Network Music, Killer Tracks, Narrator Teach Music, Megatrax, TV Music y Non Stop Music —entre otras— son reconocidas por su reputación como innovadores y líderes en la evolución y desarrollo de recursos sonoros y musicales.

Una librería de producción musical incluye licencias anuales para uso ilimitado. Cuenta varios temas musicales en versiones completas de varios minutos, como también cortes de diferente duración preparados para aplicaciones específicas. Para brindarle información completa a los posibles usuarios ofrecen catálogo muy detallado y generalmente incluyen un CD-Rom promocional sin costo adicional.

Con el contrato de la librería completa se reciben actualizaciones periódicas. Para las empresas productoras existe un costo regular de la licencia —cuya vigencia puede variar en entre uno o varios años— el costo está cercano a los $3.500 dólares y para las instituciones educativas se ofrecen condiciones y precios especiales.

Para algunos productores este servicio es muy ágil y práctico. Ante todo, se consulta el diccionario donde se encuentra la descripción completa de la música, la sensación que produce cada tema, su ubicación dentro de la colección y su duración. Se recurre, además, a un catálogo temático que ofrece orientación acerca del estilo musical: música industrial, especializada, de la nueva era, sentimental, clásica, en fin.

Pero ¿dónde queda la creatividad, la identidad, "el sello personal" de la producción? ¿Qué piensan de este novedoso y práctico sistema, por un lado, los productores y, por el otro, los compositores de las bandas sonoras para televisión?.

César Tulio Ossa, Director de un centro de producción audiovisual universitario, considera que este servicio tiene básicamente dos ventajas: comodidad porque la música se escucha, se selecciona y se edita. Y economía ya que se cuenta con toda una gama de posibilidades por un precio bastante bajo. Además, los temas seleccionados se pueden incluir en producciones de radio o de televisión, no sólo para ser emitidas entre audiencias cerradas, sino aún para transmitirlas por sistemas abiertos sin restricción alguna dado que se ha pagado por los respectivos derechos de autor.

Descritas así las cosas, el asunto es bastante simple comparado con el proceso que siguen los compositores de temas musicales para telenovelas y seriados. Veamos: "Inicialmente, yo leo la sinopsis y trato de compenetrarme con el tema. Luego pregunto a los realizadores y productores qué música "oyen" en su novela, cómo la quieren, cómo piensan que debería ser la música que acompaña las escenas. Porque no es suficiente con leer una sinopsis para saber qué música poner. Es muy subjetivo. Me gusta que me enfoquen en lo que ellos quieren para que se sientan satisfechos" dice "Juancho" Pulido ex-integrante de la agrupación musical Compañía Ilimitada y actual responsable de la musicalización de las realizaciones del Canal Caracol.

Y continúa: "Yo tengo una metodología muy propia: presento un sin número de temas y busco la opinión del productor. Es casi como ir afinando la cuestión. Yo ensayo con base en la información suministrada y trato de ser generoso con el productor. Aunque es una cosa muy subjetiva, siempre pregunto si están de acuerdo. Es un bien para la empresa productora, los realizadores y para el equipo de producción. Después viene mi gusto personal. Así, la novela va tomando un ambiente especial... no es ni más ni menos; es un punto especial. Hay mucha intuición. No hay nada gratuito".

Para recordar cuál ha sido el desarrollo histórico de la musicalización de telenovelas y seriados, conversamos con Jaime Valencia considerado como uno de los primeros compositores encargados de crear, no sólo el tema principal de la obra, sino también toda la música incidental para una telenovela en Colombia. "En ese entonces sólo se hacía el tema principal. Para la música incidental, es decir, la que acompaña las escenas, se utilizaban discos, por lo general, discos de películas. Y uno veía a la gente de las programadoras buscando este tipo de ayudas.

Ahora, el desarrollo musical para televisión, el auge del género video-clip y las posibilidades tecnológicas han permitido que el trabajo del músico sea mucho más respetado y valorado. La presencia de este nuevo servicio ha creado una competencia mucho más fuerte pero permite que el desarrollo creativo musical tenga mejores condiciones de calidad.

Valencia anota otro aspecto importante:" la musicalización no se hace de una manera ideal porque se trabaja muy sobre el tiempo, y si estas telenovelas se hicieran pensando menos en el raiting —porque desafortunadamente así se piensa aquí—, entonces se podría trabajar con más calma. La producción ideal sería realizar un video y trabajarlo como se hacen las películas: revisar el video calmadamente y sonorizar sobre lo que va viendo: eso sería lo ideal"

Analicemos el asunto de la musicalización desde el punto de vista económico.

Según Pulido "cuando uno se mete a estos seriados es mucha la música que hay que hacer. Mientras un jingle dura treinta segundos y una canción tres minutos, una novela dura horas y horas y horas... La parte de la economía es muy diferente porque mientras para un jingle se gastan 4 o 5 horas de estudio, una canción dura 10, una novela dura también horas y horas...., Mientras uno compone temas por ejemplo, de tristeza, nostalgia, sentimiento, suspenso, yo les ofrezco a los directores varias alternativas para que ellos se sientan cómodos y puedan poner las diferentes músicas que uno elabore, en sus escenas.

¿Qué piensan nuestros entrevistados de las librerías musicales?

Para Juancho Pulido las librerías musicales "le quitan trabajo al músico.. Además, esas producciones son buenas pero carecen de personalidad porque yo creo que cada producción necesita su música propia. Y con el uso de la música de las librerías se empieza a estandarizar todo y a sonar todo igual, porque es un sonido universal. Por otro lado pienso que es una gran herramienta... para salir del problema...! Siendo de verdad objetivo, pienso que eso facilita el trabajo pero el compositor no se está beneficiando con esas políticas y lo que la producción requiere es algo propio, algo original, algo que puede ayudar mucho a la producción".

Sus opiniones son compartidas por Jaime Valencia quien considera que la ventaja está en la facilidad de uso, y la desventaja en la falta de exclusividad. "Uno puede escuchar el mismo tema en distintas producciones lo cual quita identidad y fuerza a la memorabilidad, a la recordación de un producto. Pero, especialmente por la economía, la gente lo compra. Yo pienso que con el tiempo eso es negativo".

Luego de este breve análisis, podemos concluir que las librerías musicales pueden ser una herramienta útil para producciones de audio y de video con una circulación restringida, para hacer audiovisuales, para realizar informes dentro de una empresa; algunas veces facilitan el trabajo de los productores y presentan múltiples posibilidades por bajo precio.

Pero definitivamente no garantizan exclusividad ni ofrecen identidad. Y, no hay duda de que reducen las posibilidades de trabajo y de desarrollo artístico al compositor y creador musical.