Buen momento para digitalizarse

Las tecnologías de grabación de sonido cambian con mucha velocidad. Ello se debe, principalmente, a que la grabación en disco duro y la cinta digital nos ofrecen hoy alternativas accesibles frente a los equipos analógicos tradicionales.

A pesar de que muchos estudios de posproducción usan grabadoras digitales de cinta multitrack (que combinan sonido de alta calidad con facilidad de manejo), la cinta sigue siendo difícil de manejar. Mientras la cinta digital es de gran utilidad para los estudios que trabajan exclusivamente con audio, la mayoría de los que producen audio para video prefieren sistemas de registro en disco duro.

Si uno de estos sistemas puede grabar, editar y mezclar un programa completo de audio en un mismo ambiente de trabajo, lo llamamos Estación de Audio Digital EAD o DAW por su nombre en inglés: Digital Audio Workstation. Este tipo de equipos son excelentes para editar, pero además tienen muchas otras ventajas.

La grabación en disco duro convierte el sonido en información de computador. Una vez digitalizado, tenemos casi la misma flexibilidad que la de un procesador de texto: podemos cortar, copiar y pegar distintos fragmentos con facilidad; el audio puede visualizarse gráficamente en una pantalla. Incluso, es posible revertir varios niveles de edición, de modo tal que podemos devolvernos varios pasos, si es necesario.

La mayoría de las EAD proporciona funciones de procesamiento de señales, tales como ecualización y procesamiento dinámico (compresión). Sin embargo, el procesamiento digital no necesariamente ocurre en tiempo real, puesto que el equipo sólo maneja cierto número de tareas simultáneamente. El software puede recurrir a procedimientos como background processing: por ejemplo, procesa las señales sólo cuando no se está desarrollando una función de alta prioridad.

Por supuesto, todas las EAD generan gran cantidad de información. Lo normal es que cada minuto de material use alrededor de cinco megabytes por canal (audio digital de 44.1 kHz a 16 bits). Así, por ejemplo, un programa de cuatro minutos de duración que utilice 16 pistas requerirá 320 Mb de memoria.

Hoy en día esto no es un problema por el tamaño de los discos duros actuales. El problema ocurre cuando el usuario tiene que hacer copias de respaldo de su material. La mayoría utiliza algún tipo de almacenamiento portátil (como los resistentes discos magneto-ópticos de cartucho) o la cinta digital (como Exabyte). De estos dos formatos, la cinta es más lenta pero más barata.

Si bien podemos comprar EAD de todos los precios y configuraciones, es posible clasificarlas en tres familias principales: equipos dedicados, equipos controlados por computador personal, y sistemas basados en la expansión de un computador personal a través de tarjetas de puerto y periféricos.

Antes, todas las EAD (como la legendaria Fairlight) eran sistemas dedicados que uno simplemente conectaba y usaba. Así, a pesar de que todavía se fabrican sistemas digitales dedicados de alto perfil, también se consiguen equipos que parecen más una grabadora tradicional que un computador. Es el caso de los sistemas Otari Radar, el Roland VS-880 y los DR8 y DR16 Akai de Akai , entre otros.

Algunos de estos equipos traen la opción de expandir pistas y memoria, o de agregar una pantalla de video que permite la edición por medio de formas de onda. La principal ventaja de estos sistemas es su facilidad de uso; su principal desventaja, la falta de flexibilidad en comparación con los equipos basados en computadores. Por tanto, aunque son adecuados para grabar audio, no son muy comunes en posproducción.

Un buen ejemplo de este tipo de EAD son la Soundscape SSDR1 y el sistema TimeLine Vista DAW-80, que usan el computador para controlar un procesador de audio dedicado. Puesto que el hardware específico hace el trabajo de procesamiento de señales, no es necesario que el computador sea particularmente rápido o poderoso, pues su función básica es correr una interfaz gráfica que permite manejar el sistema.

El desempeño de los equipos basados en computadores personales depende más del rendimiento del PC que del equipo de audio propiamente dicho. Los computadores más rápidos permiten el uso de más pistas, una edición más ágil y más funciones en tiempo real (como la ecualización de señales mientras escuchamos una pista).

A medida que mejoran los computadores, las EAD se hacen más rápidas y más baratas. Los sistemas Pro Tools de Digidesign dominan el campo de audio para video (la figura 1 muestra la ventana de edición de la versión 4.0, y la figura 2, la del mezclador). Una de las características importantes de Pro Tools es la opción TDM bus, arquitectura modular que permite integrar funciones adicionales mediante plug-ins de otras compañías –desde procesadores de voz (figura 3) hasta simuladores de amplificadores de guitarra.

Sin embargo, existen muchas otras EAD como las fabricadas por Sonic Solutions, Spectral, Micro Technology Unlimited, Ensoniq, etc. Al igual que Pro Tools, estas soluciones incluyen normalmente una interfaz de audio que permite digitalizar las señales de sonido en el computador; una tarjeta que acelera el procesamiento de audio y provee funciones DSP, y el software para integrar el sistema.

Depende del usuario el conseguir discos duros, monitores y algunos accesorios (como controles de equipos con faders, interruptores y botones a la manera tradicional, sin depender solamente del teclado y el mouse). Incluso, hay sistemas de bajo costo (Creamware, Digital Audio Labs, Korg, Metalithic Systems, entre otros) que incluyen la interfaz de sonido como parte de la tarjeta del equipo. Existen, además, sistemas "a la carte" en los cuales uno puede usar la tarjeta de un fabricante y los programas de otro.

Así, pues, mientras esté buscando la EAD adecuada a sus necesidades, recuerde que las especificaciones no son todo: preste mucha atención a su intuición; usted debe sentirse cómodo con el equipo que va a adquirir, entre otras razones porque tendrá que trabajar intensamente con él.

Por otro lado, las EAD suelen tener gran cantidad de ventanas abiertas simultáneamente, que permiten visualizar el audio, la lista de eventos que ocurren en determinados tiempos SMPTE, los parámetros de procesamiento de señal y muchas otras cosas. Cuanto más grande sea el monitor, más fácil le será ver la información en pantalla.

En todo caso, las EAD han simplificado enormemente el mundo de la posproducción y han facilitado como nunca el agregar audio al video de una manera precisa, rápida y relativamente barata. Si usted no se ha digitalizado todavía, sin duda lo hará pronto. Ya sea que usted esté haciendo audio para video o actualizando sus equipos, ahora es buen momento para digitalizarse. TV&V