A mediados de 1997, dos de cada diez hogares con televisión por cable estaban conectados ilegalmente, lo que equivalía a unos 150 mil hogares. Sin embargo, "hoy, los conectados ilegalmente representan casi 40 % de los usuarios", según Juan Pablo Hermosilla, abogado de la Asociación Gremial de Empresas de TV Cable (CATV), de Chile.
Esta situación le acarrea a la industria una pérdida de 400 millones de pesos (unos US$890.000) al mes, afirma Alberto Labbe, Secretario de la CATV, asociación que incluye a las dos empresas más grandes de cableoperadores: Metropolis Intercom y VTR Cablexpress, que cubren 96% de la oferta en el rubro.
Las empresas chilenas decidieron iniciar acciones legales, entre otras iniciativas, con el fin de evitar la situación ocurrida en países como Argentina, México y Estados Unidos, donde por reaccionar demasiado tarde les fue imposible ejercer control adecuado, debido al elevado número de usuarios ilegales.
El hecho de "colgarse" está penado por la Ley General de Telecomunicaciones, con condenas que van de 61 días a cinco años de cárcel, por "interrumpir o interferir las señales de televisión por cable". También la normativa legal contempla el decomiso de equipos e instalaciones.
Los cableoperadores afirman que las acciones legales no sólo buscan sancionar a aquellas personas que intencionalmente se han "colgado" de las señales de TV cable y, de esta forma, proteger el patrimonio de las empresas, sino también defender a los usuarios para que reciban un servicio de calidad sin interferencias.
Si bien las querellas presentadas ante la justicia han tenido acogida, uno de los principales problemas enfrentados es probar que los acusados estaban conscientes de la infracción cometida. Junto a las acciones legales se realizan auditorías orientadas a detectar, identificar y advertir a los usuarios que están aprovechando un servicio en forma ilegal, e invitarlos a regularizar su situación.
Otras medidas adoptadas son el envío de cartas a las juntas de vigilancia de los edificios, además de disponer de un servicio telefónico para efectuar denuncias. Según las empresas de cable, existen distintos tipos de usuarios ilegales. En primer lugar, los conectados en forma legal pero que no pagan el servicio, ya sea por morosidad o porque llegaron a un domicilio que ya tenía instalado el cable.
Y, en segundo lugar, los que se conectan ilegalmente o le pagan a alguien para que ejecute la conexión. De acuerdo con estudios de la CATV, existen verdaderas mafias de estos instaladores que, por un monto determinado, conectan los televisores a la red que los cableoperadores han tendido a lo largo de las ciudades.
Falta control
La mayor dificultad que enfrentan las empresas de cable radica en que las conexiones ilegales no son percibidas como una falta grave; es decir, "colgarse es una mal menor". Un estudio realizado en agosto de 1997 por Adimark, empresa de mercado y opinión pública, indagó acerca de los motivos de contratación del cable y las percepciones de los usuarios frente a las conexiones ilegales.
Algunos aspectos que llevan a minimizar o justificar la acción de "colgarse" son las facilidades y la falta de control existente para acceder ilegalmente al sistema, así como la ausencia de temor, por creer que no existen penas ni castigos contra esta conducta.
Las personas que participaron en el estudio manifestaron que, junto al mecanismo simple de conexión y a la participación de contratistas en la oferta de conexiones ilegales, hay un escaso control de la empresa sobre su personal y poca presencia de un organismo que controle y castigue situaciones ilegales.
El mismo estudio determinó que los motivos más mencionados para contratar un servicio de TV Cable son proporcionar a los hijos canales educativos e infantiles, acceder a buenas películas y ampliar la gama de canales para elegir.
Otras motivaciones fueron poder ver televisión las 24 horas del día, acceder a programas deportivos y obtener una visión más amplia de lo que ocurre en el mundo. Además, las personas consultadas mencionaron las facilidades de promoción ofrecidas por las empresas de cable: "Instalación y un mes gratis".
No deja de llamar la atención que muchas veces este tipo de conexión ilegal se realiza para ver espectáculos muy definidos; por ejemplo, partidos de fútbol o películas de éxito, "descolgándose" una vez concluido el programa.
Las empresas de cable han emprendido campañas televisadas para persuadir y modificar conductas e invitar a los "colgados" a regularizar la situación. Uno de los spots, difundido por Metropolis Intercom, informa a los usuarios legales que los "colgados" perjudican el servicio que están pagando. El mensaje muestra a un hombre que se sienta apaciblemente frente al televisor y, de pronto, llegan otros individuos a sentarse en su mismo sillón, hasta que lo dejan sin visión sobre la pantalla.
Finalmente, hay que señalar que las campañas de prevención iniciadas en Chile están orientadas a todos los sectores sociales, puesto que el fenómeno de los "colgados" está presente en los barrios ricos y pobres. Y en ambos, empresas al margen de la ley ofrecen sus servicios por un único y módico monto.
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