En los últimos años, los términos convergencia, transmedia, prosumidor, entre otros, son los que se mencionan a la hora de hablar del futuro de la televisión y con los cuales algunos auguran unos no muy buenos tiempos para la TV como la conocemos hasta hoy.
Es innegable que la televisión está cambiando, hay nuevas formas de consumir los productos audiovisuales, generando importantes retos para productores y canales, que van desde la producción del contenido, la forma de difundirlos con el televidente y de emitirlos.
Durante el mes de julio se realizó en Bogotá, Colombia, la décima versión del Bogotá Audiovisual Market, BAM y en Panamá, la convención de Tepal 25, ambos eventos a los cuales asistieron representantes de cadenas de televisión por suscripción y productores independientes, quienes dieron a conocer las novedades de su trabajo basados en las nuevas tecnologías.
Si bien hay casos exitosos de contenidos que generan interacción directa con la audiencia de los canales, sobre todo los especializados o de nicho, a través de redes sociales y nuevas plataformas digitales, a la hora de preguntar cómo se monetizan estos contenidos, la respuesta es clara al afirmar que simplemente son opciones para ganar audiencia y seguir recibiendo ingresos por publicidad, de manera tradicional.
La respuesta sin duda genera mucha más inquietudes. Para que un producto audiovisual pueda estar en todas las plataformas digitales y con contenidos que vayan más allá de la historia original, requiere de unos costos adicionales que solo pueden financiar las grandes cadenas o productoras. Además, pone en duda si realmente estamos ante un futuro tan oscuro para la televisión tradicional como se repite en muchos fotos académicos sobre la TV.
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